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Visita pastoral a la parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores y San Álvaro (Málaga)

Publicado: 22/05/2016: 4175

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga D. Jesús Catalá en la visita pastoral a la parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores y San Álvaro (Málaga) el 22 de mayo de 2016.

VISITA PASTORAL
A LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Y SAN ÁLVARO
(Málaga, 22 mayo 2016)



Lecturas: Pr 8,22-31; Sal 8,4-9; Rm 5,1-5; Jn 16,12-15.
(Fiesta de la Santísima Trinidad. Jornada pro Orantibus)

1.- La Iglesia celebra hoy la fiesta litúrgica de la Santísima Trinidad. El Dios que vive desde toda la eternidad, el Dios no creado. El Padre es la fuente de vida y la fuente de amor que engendra eternamente, desde siempre al Hijo en el Espíritu.
Cada una de las tres Personas tiene su función, su misión que no se identifican entre las tres; pero se aman tanto y hay una vida de comunión tan intensa entre las tres que forman un solo Dios en tres Personas distintas.
Ese es el modelo que tenemos todos: modelo de familia, modelo para las personas, modelo de comunidad parroquial, modelo de hermandades y cofradías, modelos de asociaciones, de grupos eclesiales… ¿Os imagináis que todos los feligreses de la parroquia, aun siendo todos distintos nos conociéramos tanto, nos amáramos tanto que viviéramos una unidad única, preciosa, que no hubiera ninguna tensión entre nosotros, que no hubiera ningún gesto de rechazo hacia nadie ni a ninguna iniciativa? Diréis: «¡Eso es el cielo!». Exactamente, eso es el cielo, porque vivir en el cielo es vivir en Dios.
Pero eso que parece inalcanzable, Dios-Trino nos lo regala. Dios-Trino fuente de amor nos regala su amor a través de Jesucristo. Jesucristo es el Mediador y lo hace en el Espíritu, en un ambiente de amor, en un ambiente de donación. El Padre dona a través del Hijo y el don es el Espíritu. El Padre unge, Jesús, Cristo es el Ungido, y el Espíritu Santo es la unción.

2.- San Agustín, queriendo descifrar el misterio de la Trinidad, se dio cuenta que no era posible. Todo lo que digamos del misterio de la Santísima Trinidad nos quedamos cortísimos. Pero hemos de hacer un esfuerzo por entenderlo un poco. Por eso, os invito a hacer un esfuerzo por entender, aunque solo sea un poco, este misterio en la fiesta de la Santísima Trinidad y en la Visita pastoral, todo va unido.
Dios es la fuente de amor, Dios-Padre; Jesucristo es el Mediador, a través del cual se nos regala esa fuente de amor, de perdón y de salvación. Y eso no lo hace solo Cristo, sino que lo toma del Padre y nos lo regala en el Espíritu. Actúan los tres siempre: en la creación, en la redención, en la actividad de donación a la humanidad.

3.- Y, ¿por qué sabemos eso nosotros? El misterio de la Trinidad no es una invención de los teólogos, no es una teoría. Lo poco que sabemos, ¿por qué conocemos que hay tres Personas en un solo Dios? ¿Quién nos lo ha contado? (Respuesta de los fieles: Jesucristo). Nos lo ha contado el Mediador, el que ha mediado, el puente. Jesucristo nos ha hablado de su Padre. En su boca siempre está: «Yo hago la voluntad de mi Padre» (cf. Jn 4,24); «Yo escucho al Padre» (cf. Jn 15,15), «Yo hago lo que el Padre quiere» (cf. Jn 8, 28-29), «El Padre me dice» (cf. Jn, 12, 49) … Luego, Jesús tiene un Padre. Nos lo ha revelado Él.
Y Él mismo nos dice: «Tengo que irme, tengo que marchar, yo he cumplido aquí mi tarea y después os enviaré al Espíritu Santo» (cf. Jn 16, 7).
Cristo mismo nos ha revelado a la Trinidad. No es una invención humana de nadie. El único Mediador de toda la humanidad es Cristo y de todas las religiones. Hay una teoría por ahí que dice que todas las religiones son lo mismo. No todas las religiones tienen el mismo valor. El único salvador de toda la humanidad, de todos los tiempos es Cristo, no hay otro. Otras religiones, dice el Concilio Vaticano II, tienen también chispas de verdad, pero no contienen la verdad plena, completa que nos ha revelado Jesucristo.

4.- Tengo entendido que hoy los budistas celebran el nacimiento, la vida y muerte de Buda. Buda fue una persona como nosotros, no fue Dios, ni hijo de Dios. Con esto no estamos despreciando a ninguna religión, las respetamos todas; pero cada cosa en su lugar. Los hombres pueden fundar grupos, asociaciones, cofradías, movimientos y hasta religiones. Pero esas «religiones» o grupos no dejarán de ser una obra pura y exclusivamente humana; aunque mañana venga otro señor y se invente otra religión. Todas las religiones al final de la historia, necesariamente, confluirán en Cristo; no hay otro camino, no hay otro mediador más que Cristo.
Demos gracias a Dios, pues, que hemos podido conocer a Cristo como enviado y mediador del Padre. Pidamos para que todas las personas del mundo, todos nuestros contemporáneos puedan conocer a Jesucristo. Porque al final será Cristo quien los salve. No los salvará el fundador humano de ninguna religión.

5.- «A Dios nadie lo ha visto jamás, el Hijo, que está en el seno del Padre, nos lo ha dado a conocer» (Jn 1, 18).
Las tres personas de la Trinidad actúan y realizan nuestra salvación. El Padre nos ha reconciliado por medio de su Hijo Jesucristo y ha derramado en nuestros corazones el Espíritu Santo, que clama “Abbá”: «Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!» (Rm 8,14-15).
    El Dios-Trino es quien, en un éxtasis de amor, crea el universo de la nada y hace al ser humano a su imagen y semejanza (cf. Gn 1,26).

6.- El hombre, cuando decimos que “crea algo”, en realidad no crea nada, sino que “descubre” lo ya creado. Dios crea de la nada; pero el hombre no crea nada. Incluso, a veces, nuestra terminología nos hace hablar mal o expresarnos mal. Cuando decimos que «el hombre ha inventado», parece que se dice que el hombre lo ha creado, que ha sacado de la nada, ha inventado, ha hecho un invento. Decimos que fulano ha inventado la pólvora, o ha inventado el vuelo para que vuelen los aviones, o ha inventado la bomba atómica. Ese invento es siempre a partir de algo que ya existe.
La palabra latina, si la tradujéramos bien, inventar proviene de una palabra latina, invenire, que significa encontrar. El hombre busca, mira, analiza, encuentra cosas y las descubre. Pero las descubre porque estaban cubiertas. No decimos que Colón inventó América. ¿Qué decimos entonces? (Respuesta de los fieles: Colón descubrió América). Descubrió, no se conocía, le quita la venda y se ve América; pero allí estaba antes de ir Colón.
Pues todo lo que inventa el hombre es así. Antes de que el hombre naciera ya existía lo que va a inventar, pero él lo descubre. Esa es la palabra inventar.
Esto es importante porque en nuestra sociedad hay personas que se creen que son dioses y quieren crear su vida, quieren ponerse en el lugar de Dios para ser adorados. Suplantan, quitan a Dios de su sitio para ponerse ellos. Esa es una tentación que tenemos todos.

7.- Dios debe ocupar su lugar de Dios creador, omnipotente. Nosotros somos simples criaturas, somos creados por Él en el tiempo. Esa es la gran diferencia entre Cristo y nosotros. Cristo es Hijo de Dios desde siempre, generado por el Padre. Nosotros somos hijos adoptivos en el tiempo, no somos hijos de Dios desde siempre. Lo somos desde que comenzamos a existir. Otra cosa es que el Señor tenga en su mente el crearnos.
Empezamos la existencia en el tiempo y en la geografía. Tiempo y espacio son las coordenadas del ser humano y no podemos salirnos de ahí. Nos saldremos cuando traspasemos el umbral de la muerte y pasemos a la otra vida. Pero aquí todos estamos en un tiempo y en un espacio. Esas son las coordenadas: año 2016, Puerto de la Torre. ¿A ver quién está ahora en el año 2025, Chicago? ¿Quién de vosotros está? Eso sólo está reservado para las películas.

8.- De la Trinidad podríamos hablar muchas cosas, pero a mí me interesa nuestras relaciones con cada una de las Personas. Por eso antes hemos pedido perdón ante cada una de ellas. Las dos primeras relaciones son más fáciles: del Padre, ¿qué somos? (Respuesta de los fieles: hijos). Somos hijos, pero no somos hijos como Jesucristo, somos hijos adoptivos. Del Hijo, ¿qué somos? (Respuesta de los fieles: hermanos). Hermanos. Esta fraternidad del Hijo nos hace ser también entre nosotros hermanos. Y ahora viene la pregunta del millón: y del Espíritu Santo, ¿qué somos? Del Espíritu Santo dice la liturgia y la Biblia en distintos pasajes y de modo diverso: somos templos. Templos porque Él habita en nosotros. El Espíritu quiere habitar y transformarnos.
Nosotros por dentro, tocados por el pecado original, hay podredumbre y tiniebla; y cuando penetra el Espíritu Santo, cuando entra el Espíritu Santo en el bautismo desaparece la tiniebla, desaparece el pecado, desaparece la podredumbre. Nos hace hombres y mujeres nuevos, no hace personas nuevas.
Por tanto, dejad que el Espíritu Santo inhabite en vosotros. Dejad espacio, haced un espacio para el Espíritu. Dejad que os transforme.

9.- Dios es amor, eso dice san Pablo respecto a la Trinidad. Dice: «el amor del Padre, la gracia de Jesucristo y la comunión del Espíritu» (cf. 2 Cor 13, 13). Dios es amor, Cristo es gracia y el Espíritu Santo es don. Pues, recibamos ese don.
Dios es amor y fuente de amor; Jesucristo penetra con su Palabra en el corazón y el Espíritu Santo lo inhabita.
Por gracia hemos sido hechos a imagen de Dios, redimidos de Jesucristo y ungidos por el Espíritu. Somos hijos adoptivos de Dios (cf. Jn 1,12; Rm 8,14-17; Gal 3,26; Flp 2,15), hermanos y coherederos en Jesucristo (cf. Rm 8,17) y templos del Espíritu Santo (cf. 1 Co 6,19).
El misterio de la Trinidad es la cumbre de la revelación cristiana. Jesús nos prometió que el Espíritu nos guiará hasta la verdad plena (Jn 16, 12-15), a la revelación máxima de Dios. Nos dice en el evangelio de hoy: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena» (Jn 16,12-13).

10.- Celebremos esta fiesta hermosísima de la Trinidad. Y ahora esto apliquémoslo a la parroquia. La Visita pastoral es un encuentro personal en el que el Obispo quiere hacerse cercanos a todos y que nadie pueda decir que no ha podido saludar al Obispo. Es una ocasión para saludar, conocer y dialogar con el Obispo. Porque a veces al Obispo lo veis en la Catedral, en una procesión, de lejos y os parece que el Obispo está muy lejos, cuando el Obispo no está tan lejos. El Obispo se patea toda la Diócesis y todas las parroquias una por una, así como otras realidades.
El modelo trinitario ha de ser para nosotros un modelo de vida comunitaria, parroquial, cofrade, grupal. ¿Estamos? De ahí se sacan muchas consecuencias. ¿Cómo tendrá que ser nuestra comunidad parroquial? Mirando a la Trinidad, ¿cómo tendrá que ser? Supongo que habrá que rectificar algunas cosas, ¿verdad? Id pensándolas y esta tarde las hablaremos.

11.- Celebramos hoy en España la Jornada “Pro Orantibus” de la vida contemplativa, recordando y rezando especialmente por quienes viven en los monasterios. Ellos dedican su vida a la contemplación, escondidos con Cristo en Dios en la vida monacal. Ellos mantienen la adoración que merece el misterio Trinitario. Ellos necesitan también nuestra oración y nuestra ayuda. A ellos acudimos tantas veces para solicitar sus oraciones en la necesidad. Hoy debemos manifestar nuestro aprecio y la valoración de su vida. En la parroquia tenemos un monasterio de monjas que visitaré.
Las monjas y los monjes nos dicen con su actitud, con su vida y su oración que lo más importante es Dios. Dios debe ser el centro de nuestra vida y todo debe girar en torno a Dios. No cabe desplazarlo y poner en su lugar ni el dinero, ni el trabajo, ni el honor, ni la familia, ni la persona propia, no hay que anteponer nada a Dios.
El lema de este año es: «Contemplad el Rostro de la misericordia». Está en sintonía con el Año Santo de la Misericordia, convocado por el papa Francisco para toda la Iglesia: «Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad» (Misericordiae vultus, 2).

12.- Si ahora el Señor nos llamara en estos momentos, ¿qué os llevaríais a la otra vida? Ni el traje que llevamos puesto. Nada, pero nada de nada, ni el aliento que respiramos. No digo ya ni el oro, ni la plata, ni los chalets, ni los coches, de eso ya ni hablemos. No nos llevaremos nada más que las obras de amor.
Luego, ¿es Dios el centro de mi vida o tengo que rehacer y reajustar muchas cosas? Si es el centro debe notarse en la dedicación que yo hago: ¿qué tiempo le dedico?, ¿qué espacio de mi vida es para Él?, ¿qué energías empleo para buscarle, para estar con Él, para adorarle, para darle gracias? Esa es una pequeña muestra. Una medida.

13.- Vamos hoy a dar gracias a Dios por las personas que ofrecen su vida consagradas a Dios totalmente. Naturalmente tienen que comer y vestir, tiene que trabajar para comer; pero su vida no está centrada en ganar dinero o en adquirir cosas sino en adorar a Dios. Lo demás llega por añadidura.
Agradecemos a estas personas su oración por nosotros. El que tengáis un monasterio en el término parroquial es como un hogar de calor y de fuego que favorece a esta parroquia con su oración. Favorece a toda la Iglesia, lógicamente, pero la cercanía con vosotros es aún mayor.
Que su oración nos ayude a ser más fieles a Dios y a vivir con mayor felicidad y gozo, porque Dios-Trino quiere nuestra felicidad, la quiere.
Que la Virgen María, bajo las distintas advocaciones, la Patrona Santa María de la Victoria, la Titular de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores y también de la Hermandad de los Dolores, o de la Virgen de las Cañas, a la Virgen le damos muchas advocaciones y muchos títulos; pues la Virgen, la única Madre de Dios, de Jesucristo, Madre nuestra, que Ella nos ayude y nos acompañe a todos en este camino hacia el gozo con la Trinidad. Que así sea.

 

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