La Misa fue concelebrada por el arcipreste de la Axarquía Interior, José Mariano Pérez Clavero, y  el párroco Federico Cortés Jiménez, así como un buen número de sacerdotes que acompañaban a las distintas obras apostólicas que posee en España la congregación.

El obispo D. Francisco J. Orozco se mostró muy cercano a las hermanas de las que destacó la humildad a la hora de llevar a cabo su misión evangélica con la imagen de María siempre presente, con un recuerdo muy especial, con nombres y apellidos, a aquellas que le enseñaron sus primeras letras en el colegio de Villafranca de Córdoba, muchas de ellas presentes en la celebración.

Destacó la labor, hace un siglo, de su predecesor en Córdoba, Don Ramón Guillamet y Coma, para unificar de forma valiente dos vertientes distintas, con el mismo fin de educar a niñas del mundo marginado en la provincia de Córdoba, con los colegios de las obras del Padre Cosme Muñoz, ya en proceso de beatificación, y del Padre Luis Pérez, a quienes abogó a reconocer como santos por toda la labor de Dios que han generado a través delos siglos.

Reconoció también la figura de la que fue primera madre general, sor Amalia De Cea. También quiso finalmente hacer presente en sus palabras a su compañero en el episcopado, al Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, que por motivos de agenda no pudo acudir, trasladando su felicitación a la orden religiosa por esta celebración que la Diócesis de Málaga también acoge con satisfacción. Así mismo agradeció la presencia al alcalde de Vélez-Málaga, de los miembros de la corporación municipal que se hicieron presentes, así como de las diversas autoridades desplazadas con las expediciones llegadas hasta Vélez-Málaga para este momento tan importante también en sus lugares de origen. Una congregación con un pasado muy rico y adelantado a su época, destacó en su homilía el Sr. Obispo, y que fue capaz de expandirse fuera de la provincia de Córdoba con la creación, primero, del colegio San José de Vélez-Málaga y después, a otros puntos de España e incluso fuera en Bélgica, Colombia o Venezuela. La madre general, sor Antonia García Navarro, en el momento de acción de gracias, también compartía que había tenido un sueño, como en su día dijo Martin L. King, con una historia preciosa de la congregación, llena de presente, y sobre todo de futuro.

Tras la celebración litúrgica, se compartía un ágape en el claustro del convento de San Francisco donde se pudo disfrutar de la magna exposición que ha estado abierta a lo largo de este mes con los mejores trabajos de los concursos puestos en marcha por este centenario de carteles, fotografías, esculturas y audiovisuales, que se pudieron ver en una sala de proyecciones. Y tras la entrega de los premios, la madre general, sor Antonia García agradecía en especial a todos los que han colaborado en la realización de las actividades programadas para celebrar este centenario que llega a su fin. El día 20 de marzo es el comienzo de otro nuevo camino para los próximos 100 años, emplazando así a los presentes a seguir escribiendo día a día con estas mismas ganas el segundo centenario de las Hijas del Patrocinio de María.