Es verdad que la Constitución dice que España no es un estado confesional, pero eso no significa que sea un país laico en el sentido más fuerte del término, ni que haya que eliminar de la vida pública los símbolos religiosos. Además, la sociedad es anterior al Estado y se sigue confesando mayoritariamente católica. Se advierte en esa especie de “referendum” anual que es la matriculación de los niños a la asignatura de religión en los colegios públicos y privados. Si un partido desea eliminar de la vida pública los símbolos y manifestaciones religiosas, está en su derecho. Pero debe declararlo explícitamente en su programa antes de las elecciones, ya que el voto de los ciudadanos no es un voto en blanco, sino un voto a un programa electoral, en el que no se deben introducir por la puerta falsa propuestas que no figuraban claramente.Lo que están haciendo algunos directores de colegio, suprimiendo los símbolos y manifestaciones religiosas porque así lo dicta su ideología, es contrario a la legalidad vigente. Es un abuso de poder frente al respeto que nos merecemos los ciudadanos.