NoticiaLiturgia \"No podéis servir a Dios y al dinero\", por José Luis Fernández Orta Hoac Publicado: 03/03/2014: 6978 El presidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica en Málaga, José Luis Fernández Orta, nos ofrece el comentario al Evangelio Mateo. Comentario a Mt 6, 24-34 Domingo VIII del Tiempo Ordinario Es curioso cómo el evangelio del domingo contrasta significativamente con lo que nos pide la oratoria de los políticos. Mientras que el mensaje que se nos da es de tener que recuperar la confianza en los mercados, el Evangelio nos sitúa claramente en la confianza en el Reino de Dios y su justicia, que lo demás se nos dará por añadidura. El dato del paro (4.814.435 de personas sin trabajo a principios de Febrero) habla por sí mismo. Aunque hayamos mejorado a nivel general nuestra economía, todavía hoy esta mejora no alcanza a todos y sigue dejando a muchos fuera de poder ejercer el derecho al trabajo; que no es una suerte según nuestra Constitución, sino el derecho de toda persona. La solución se plantea de un modo claro en el Evangelio de Mateo: dejar de poner la confianza en el dinero y poner la confianza en Dios. Si confiamos en el dinero como la solución a “mi” problema o situación no me quedará otro remedio que acumularlo para cuando lo necesite utilizarlo; entonces habré entrado en la dinámica de la esclavitud si darme cuenta de ello: seré el servidor del dinero y tendré perdida toda la libertad. Si, por el contrario, pongo toda mi confianza en el Reino de Dios, lo que me moverán será la misericordia, el tener limpio el corazón, el luchar por la paz contra las injusticias de este mundo,…; la recompensa está garantizada, Dios no nos dejará abandonados. Trabajar en la dinámica que nos propone el Evangelio de este domingo da el fruto de lo que necesitamos para vivir. Necesitamos para ello un cambio radical: enraizar toda nuestra vida de que para Dios somos importantes y que hay cosas por las que no merece la pena agobiarse. Alguno podrá decir esto último es fácil y que no soluciona ningún problema de aquellos que están pendientes de encontrar trabajo y llevan varios meses, incluso algún año que otro “agobiado” por lo que va a comer mañana. Es cierto; pero para ello, los que somos discípulos de Jesús tenemos un encargo muy específico: “no podemos servir a Dios y al dinero”. Hoy más que nunca se exige de nosotros un testimonio solidario, tanto a nivel personal como institucional que haga crecer en medio de la sociedad una forma distinta de manejar los asuntos de la economía; un testimonio de pobreza y de austeridad que hagan visible que los bienes materiales no nos dan la seguridad; un testimonio de solidaridad que de confianza a aquellos que han perdido toda esperanza. Entonces, todos vestiremos con más esplendor que Salomón y recibiremos el alimento que Dios hace crecer para justos e injustos. Autor: diocesismalaga.es