NoticiaFundación Victoria

Texto íntegro del discurso pronunciado al recoger la medalla de oro

Publicado: 26/04/2012: 403

Excmo. Sr. Presidente

Diputados

Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades

Medallas de Oro de la Provincia de Málaga

Patronato, Directores, Profesores, Alumnos

de la Fundación Diocesana de Enseñanza

Santa María de la Victoria

Señoras y señores

 

Queridos amigos

Con reconocimiento, pero también con humildad, recibo en nombre del Presidente de la Fundación y Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá Ibáñez, y del propio Patronato, la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga.  No es corriente que una Institución civil reconozca la labor, ciertamente meritoria, pues los hechos hablan por sí mismos, de una obra que, siendo eclesial, lo es absolutamente laical desde sus comienzos.

Precisamente, de aquellos orígenes, en 1911, durante el pontificado del Obispo antequerano D. Juan Muñoz Herrera, nos queda el testimonio de la Escuela Rural “Padre Arnaiz”, en la Sierra de Gibralgalia, término municipal de Cártama, que continúa prestando un servicio educativo de primer orden en aquella apartada Barriada.

Muchos han sido, efectivamente, los avatares y los acontecimientos transcurridos en cien años de apuesta decidida por elevar el nivel cultural de los malagueños. Como múltiples han sido las dificultades de todo orden que hemos tenido que superar.  También, es verdad, hemos de dar las gracias a cuantas personas e Instituciones apostaron decididamente por ayudar a los obispos, especialmente al Cardenal Herrera Oria, en la construcción de las Escuelas Rurales.

Incluso aún hoy, gracias a la sensibilidad de algunos Ayuntamientos, contamos con una inestimable colaboración, sin la cual sería imposible llevar a cabo el denodado esfuerzo por hacer, de la nuestra, una oferta de la máxima calidad educativa, para que nuestros alumnos, con esfuerzo y dedicación, reciban las herramientas necesarias que hagan de ellos, según sus capacidades, hombres y mujeres libres, capaces de construir un mundo más humano, fraterno y sostenible, con la alegría de saberse y sentirse cristianos, ciudadanos del mundo y constructores del Reino.

Es imposible glosar aquí la cantidad ingente de alumnos que han llenado las aulas de los centros de esta Institución, como las de Maestros y Maestras que las han servido, así como los Obispos, sacerdotes y colaboradores que han contribuido con su esfuerzo y dedicación a servir a esta benemérita obra educativa, pero si puedo decir que, a todos, y a cada uno de ellos, corresponde una porción de esta Medalla que, como fruto del generoso y unánime reconocimiento de todos los grupos políticos que constituyen nuestra Excma. Diputación Provincial, pondré hoy a las benditas plantas de Santa María de la Victoria, nuestra Patrona, para que sea Ella quien continúe bendiciendo y favoreciendo la labor de esta ejemplar Obra educativa.

Muchas gracias

Autor: diocesismalaga.es

Más noticias de: Fundación Victoria