–El curso pasado, más de 600 escolares malagueños visitaron la Iglesia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula gracias a un programa del Ayuntamiento ¿Cómo valora la experiencia?

–La experiencia ha sido muy positiva y se extenderá en el tiempo porque la demanda ha sido muy alta. De hecho, muchos centros se quedaron el curso pasado sin poder realizar la visita. Este nuevo curso trataremos de comenzar un poco antes o redoblar los esfuerzos para que todos aquellos escolares que lo deseen puedan conocer la historia de su ciudad.

–¿Qué importancia tiene conocer la vida de estos dos mártires?

–En 2010 acogimos la iniciativa de la Congregación de los Santos Patronos Ciriaco y Paula de editar un cómic para divulgar la vida de los patronos de Málaga, que definen la identidad de Málaga: la explicación del propio escudo de la ciudad, la datación de la iglesia de Los Mártires en un enclave tan popular, la "festividad" del 18 de junio (aunque no tenga todavía el reconocimiento que debiera) y la feria de Málaga.

–Alguno dirá que estamos en un estado laico...

–Laico no significa anticlerical, agnóstico, iconoclasta, ni tampoco apostar por otras religiones por encima de la católica. Significa el respeto a todas y cada una de ellas. En ese sentido no podemos negar lo que nos es propio, las señas de identidad de nuestra historia en la que, a través de un aluvión de culturas, la religión católica ha tenido y tiene un peso específico que nadie puede negar. Y esto no es ni bueno ni malo, sencillamente es. Con la nueva iniciativa "El túnel del tiempo" damos a conocer a los escolares la historia de Málaga a través de tres culturas: la romana (con el Teatro), la musulmana (con la Alcazaba) y la cristiana (con la Catedral), sin poner a ninguna sobre otra.

–Gracias por atendernos

–¿Y no me pregunta qué me parece como concejal de Educación que se prohíba poner un Belén en un colegio?

–Me encantaría saberlo

–Es como si pretendiéramos celebrar la Semana Santa sin imágenes religiosas en la calle. Un Belén constituye un elemento primordial para celebrar la Navidad porque, si no, lo podríamos llamar de otra manera. La Navidad es lo que es, la Natividad es lo que es. Hay centros que celebran otras festividades de otras religiones y no ocurre absolutamente nada.

–Ya que se moja... ¿y de los crucifijos?

–Lo que ocurrió con los crucifijos en las clases es una verdadera aberración. La prohibición de crucifijos en centros públicos puede ser muy discutida. Pero donde no se admite discusión, porque es manifiestamente ilegal oponerse, es en los centros religiosos concertados o privados.  Lo que ocurre, como con lo del IBI, es que es muy recurrente y mediáticamente muy productivo meterse con la Iglesia.