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Rehabilitación de la Casa de Acogida "Colichet" para enfermos de sida (Churriana-Málaga)

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Publicado: 14/10/2023: 7592

Homilía de Mons. Jesús Catalá con motivo de la rehabilitación de la Casa de Acogida "Colichet" para enfermos de sida (Churriana-Málaga)

REHABILITACIÓN DE LA CASA DE ACOGIDA “COLICHET” PARA ENFERMOS DE SIDA 

(Churriana-Málaga, 14 octubre 2023)

Lectura: Mt 4, 23-25.

1.- Hoy es un día precioso, con un sol espléndido, aunque pronosticaban lluvia. Es día de fiesta y de acción de gracias al Señor por la rehabilitación de la Casa “Colichet”, que acoge enfermos de “sida”.

Los que hemos conocido la casa antigua, vemos que se ha producido una gran transformación. Ha quedado una casa muy luminosa, soleada, y mejor adaptada aún para que quienes viven aquí y puedan disfrutar de la vida.

2.- Quiero agradecer la colaboración de todos, sin decir nombres concretos: obispos, –y hay uno presente, en cuyo tiempo se inició este tema–; Hijas de la Caridad, que se prestaron de una manera generosa, voluntaria y gozosa para atender a los residentes; el personal de trabajo; el voluntariado; los sacerdotes que han cuidado la vida espiritual. 

Aquí hay una gran historia llena de amor, llena de cosas buenas. Detrás de una gran obra de amor, hay mucha gente. Todos los que habéis colaborado para que esta Casa funcionara, habéis dado lo mejor de vuestro tiempo.

3.- Tenemos que dar gracias a Dios, que nos ha permitido hacer esta rehabilitación, que es expresión de más cariño si cabe hacia los residentes. Esto es como un ramillete de flores preciosas que ofrecemos hoy al Señor.

Queremos seguir respondiendo a la llamada del Señor, que nos anima a seguir cuidando a nuestros hermanos enfermos y necesitados.

4.- Hemos escuchado en el Evangelio proclamado que Jesús, el Maestro de Nazaret, realizaba tres buenas acciones por los pueblos por donde pasaba. La primera: «recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas» (Mt 4, 23). Hay que enseñar. No nos hemos de quedar solo con dar pan material, porque como nos dijo Jesús, «no solo de pan vive el hombre, vive de toda palabra que sale de la boca de Dios» (cf. Mt 4, 4). Enseñar es también dar fuerza a quien lo necesita; ayudarle a descubrir la bondad de Dios y la trascendencia, porque la vida no termina en este mundo; enseñar es elevar la naturaleza humana a su dignidad. Y es importante aprender; dicen que el día en que un ser humano deja de aprender, está muerto.

5.- Además de enseñar en las sinagogas, Jesús recorría los pueblos «proclamando el Evangelio del reino» (Mt 4, 23); es decir, proclamaba la Buena Noticia, la Palabra de salvación, que Él nos ha traído por amor con su muerte en la cruz y su resurrección. El Evangelio es la Buena Nueva que tenemos los hombres con la presencia de Jesucristo, muerto y resucitado.

Esta es la gran noticia, Evangelio o Buena Nueva: Cristo ha entregado su vida por todos nosotros y por toda la humanidad, y nos llama a participar con Él de la vida eterna. No termina todo en este mundo; después de nuestra vida terrenal hay una vida eterna que será plenitud de lo que tenemos ahora.

6.- En tercer lugar, Jesús, además de enseñar en las sinagogas y proclamar el Evangelio, curaba «toda enfermedad y toda dolencia» (Mt 4, 23). Curaba el cuerpo y el espíritu. Jesús se acerca a los enfermos y los toca para curarlos; no tiene miedo de acercarse, de abrazarles y de tocarles. 

Quiero agradecer a todos vosotros, que cuidáis a nuestros residentes, les dais afecto y los cuidáis curándoles o les curáis amándoles. Eso es lo que hacía Jesús y a lo que estamos llamados a hacer todos. Gracias por este esfuerzo y por esta esta hermosa tarea.

7.- Damos también gracias a Dios por la obra del inmueble renovado, que empezaremos a llamarlo «Nuevo Colichet», como decía el director de Caritas diocesana. En este «Nuevo Colichet», donde estamos todos implicados, queremos que se impliquen también las generaciones que vengan detrás. Esta obra es de Dios y tenemos que continuarla.

Damos gracias a Dios en este día por la inauguración de esta hermosísima rehabilitación. La Casa se asemeja un poco más a la vida eterna, porque ahora tiene más luz y es más acogedora.

Seguiremos haciendo lo que el Señor nos pide, como Él hizo: enseñando, proclamando el Evangelio y curando toda enfermedad y dolencia.

8.- No puede faltar la presencia de la Virgen, cuya imagen preside este jardín y esta celebración. Cada parroquia, cada pueblo, cada movimiento o asociación tiene una advocación diferente. 

Ahora, cada uno de nosotros, con la advocación de su devoción mariana, que se dirija en este momento en silencio a la Virgen diciéndole dos cosas: gracias Madre y sigue ayudándonos. Que así sea.

 

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