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San Agustín deja huella en Málaga

Publicado: 31/08/2016: 20013

El 28 de agosto celebramos la fiesta de uno de los nombres más insignes del santoral: san Agustín. En Málaga, la Orden de San Agustín va a cumplir 100 años de presencia educativa y continúa hoy con vigor su misión a través de su buque insignia, el Colegio Los Olivos, en el que estudian 1.700 niños y jóvenes.

San Agustín fue un modelo de diálogo de la fe con la cultura de su tiempo. La Orden de San Agustín continúa hoy, tras casi un siglo de presencia continuada en nuestra diócesis, ofreciendo a niños y jóvenes la hermosura de la fe a la vez que los prepara para ser hombres y mujeres de su tiempo. No en vano, entre los mejores profesionales de los distintos ámbitos de la sociedad malagueña, se encuentra siempre un ex alumno de Los Olivos.

La comunidad de padres agustinos de Málaga tiene su sede en el colegio de Los Olivos, en la zona del Puerto de la Torre. Actualmente, está compuesta por ocho religiosos. Los 1.700 alumnos que estudian en el centro son atendidos por un equipo de 100 profesores seglares y otras 50 personas entre personal no docente, catequistas y educadores.

Ya están comenzando a organizar las actividades para celebrar los 100 años de presencia educativa de la orden en Málaga (en el desaparecido colegio San Agustín) y los 50 años de la puesta en marcha del actual colegio. Mientras tanto, además de la importantísima labor de pastoral educativa que realizan, también se ocupan de la capellanía de las madres cistercienses y trinitarias, así como de colaborar con las parroquias del Puerto de la Torre y otras como la Purísima o San Ramón Nonato.

También hay que destacar la labor pastoral que se realiza a través de la popular devoción a la imagen de Santa Rita en la iglesia de San Agustín y la relación de la Cofradía del Amor y la Caridad con la orden desde su fundación. El hábito de nazareno es el hábito de los agustinos, ceñido con correa, y su emblema es el escudo de la orden.

Fray Justo Díaz es el subprior de la comunidad y rector de la iglesia de San Agustín y valora muy positivamente el hecho de que gran número de antiguos alumnos del centro ocupen puestos de gran relevancia en lugares muy significativos de nuestra sociedad en todos los ámbitos: político, académico, empresarial... «Para los agustinos es una gran sorpresa –afirma–. No siempre, en el mundo de la pastoral educativa, se reciben los frutos de forma tan rápida».

Es también muy llamativo el alto grado de vinculación de los alumnos con el centro, terminado el periodo escolar. Es como si un alumno de los agustinos no dejara nunca de serlo. Para fray Justo, esta vinculación tiene dos orígenes: «por un lado, la parte estructural, la relación con la dirección, con el profesorado y las actividades que se proponen, la asociación de antiguos alumnos, etc.; y, por otro, la parte sentimental y de valores. Hay un ambiente de familia. El mensaje de san Agustín pasa por la experiencia de comunidad. Si en todas las experiencias de vida religiosa es importante el ámbito comunitario, en la familia agustiniana, la comunidad es fundamental».

En la labor educativa que se realiza en el colegio de los agustinos, también se tiene muy en cuenta la experiencia de interioridad. «Los niños son educados en esta experiencia, afirma fray Justo. Esto luego deriva en la vida de oración, sacramental, etc... San Juan Pablo II nos dijo a toda la orden que éramos pedagogos de la interioridad y eso ha marcado el rumbo de los colegios en el siglo XX y estos 16 años del siglo XXI. Podemos aportar muchas cosas: la cualificación del personal, las estructuras físicas, aulas, salones, etc., pero lo más grande que se aporta, y lo decimos humildemente, agradeciendo a Dios el don que nos ha dado, es la interioridad. De este valor brotan otros como la solidaridad con quien está más desvalido. La solidaridad nace de esa comunidad como una consecuencia inevitable».

La iglesia de San Agustin, en la calle del mismo nombre en el centro de la capital, es un pilar fundamental en la misión que los padres agustinos llevan a cabo en nuestra Diócesis. En ella se lleva a cabo la celebración de los sacramentos de la familia agustiniana, así como la Eucaristía dominical.

Alrededor de 550 alumnos del colegio reciben formación católica por las tardes, en San Agustín. Algunos se preparan para la confirmación y otros para los grupos de vida agustiniana (Tagaste y Casiciaco). Se suma un grupo de unos 60 antiguos alumnos, hoy universitarios, que reciben formación además de colaborar en la de los más pequeños. Momento clave son los encuentros los sábados por la tarde, a partir de las 19.00 horas que culminan con la Eucaristía. De aquí han salido jóvenes que no habían tenido experiencia de fe y que se han incorporado a la Iglesia.

Además de en Málaga capital, el carisma de San Agustín se vive con especial intensidad en Alhaurín el Grande y Villafranco del Guadalhorce, a cuyo servicio se encuentra una comunidad de agustinos recoletos compuesta por cuatro frailes.  Como fruto de esta presencia destaca la creación de una Fraternidad Agustiniana a la que están adscritos un total de catorce seglares.

Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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