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Misioneros asesinados

Publicado: 15/01/2006: 433

•   Se duplica la tasa de 2004: 26 católicos mueren por el Evangelio

Veintiséis misioneros católicos fueron asesinados durante 2005 por ser testigos de Cristo. Una cifra que preocupa, si se tiene en cuenta que dobla prácticamente a la de 2004, año en el que murieron «sólo» doce.

Un obispo, veinte sacerdotes, dos religiosos, dos religiosas y un laico perdieron la vida en el ejercicio de su misión pastoral.

Todos ellos arriesgaron su vida conscientemente sin abandonar su compromiso de testimonio y apostolado en zonas difíciles y conflictivas en todo el planeta.

El Martirologio de la Iglesia contemporánea ha sido publicado, como cada año, por la Congregación Vaticana para la Evangelización de los Pueblos.

Según revela el documento, la clasificación por continentes sitúa la cifra más elevada de víctimas en América, donde murieron ocho sacerdotes, dos religiosas y dos religiosos. Le sigue de cerca África, donde perdieron la vida un obispo, seis sacerdotes y un laico. Finalizan la lista Asia, continente donde fueron asesinados cuatro sacerdotes y Europa, donde murieron dos. En la clasificación por países, «todavía es Colombia, con cuatro sacerdotes y una religiosa asesinada, la nación donde los conflictos sociales son más agudos y la Iglesia paga un fuerte tributo por su compromiso al frente de la reconciliación y de la justicia social en nombre del Evangelio», explica el Martirologio. Después sigue La India, donde perdieron la vida tres sacerdotes.

Continúa Brasil, donde «una religiosa comprometida en la Comisión Pastoral de la tierra junto a los trabajadores del campo, y otros dos sacerdotes hallaron la muerte», según revela el documento de la Congregación Vaticana para la Evangelización de los Pueblos. En México, «otros dos sacerdotes fueron asesinados porque trabajaban en zonas de profunda degradación», recuerda el texto.

Jamaica también vio morir asesinados a otros dos religiosos misioneros, comprometidos al servicio de los pobres: «Otra señal del clima de inseguridad y violencia que reina hasta en la capital», denuncia la Congregación Vaticana. Los seis sacerdotes y el laico «eliminados deliberadamente con ferocidad sanguinaria» en el continente africano se distribuyen en Kenia, la República Democrática del Congo, Congo y Nigeria, revela el documento. Por último, Indonesia, Bélgica y Rusia vieron morir asesinados a tres sacerdotes.

Probablemente, el más sangriento de estos crímenes lo sufrió el sacerdote congoleño Francois Djikulo que, por iniciativa personal, se acercó en agosto en misión de paz a ver al jefe rebelde Kyungu Kyungu «para convencerle de que depusiera las armas y acabara con el terror al que estaban sujetas las poblaciones locales», relata el dicasterio misionero.

Autor: Revista Diócesis

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