NoticiaX Tantos #SomosIglesia24siete, arrimando el hombro en la Palmilla José Miguel Santos, director del colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia en La Palmilla Publicado: 03/11/2020: 14391 En fechas próximas al Día de la Iglesia Diocesana, El Espejo de COPE se acerca a la labor de la Iglesia de Málaga en las distintas realidades de nuestra Diócesis. En esta ocasión, José Miguel Santos, director del colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia en Palma-Palmilla nos explica cómo desarrollan su labor las distintas organizaciones eclesiales presentes en su barrio. «Hay realidades que son tan crudas que si uno no se pone en manos del Señor no tiene fortaleza humana sola que la sostenga» Escucha aquí un fragmento de la entrevista "Un colegio que apasiona", ese es el lema del centro concertado de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia en la Palmilla y ciertamente no hay más que conocerlos para apasionarse con el trabajo que realizan. ¿En qué consiste su labor? José Miguel Santos lo explica así: «El otro día, en el claustro, cuando leíamos la nueva encíclica del Papa Fratelli tutti, le dábamos muchas vueltas al número 70 el que dice que tenemos que hacernos cargo del dolor, del dolor que toma muchas formas en realidades como la nuestra, Que nos invita o a inclinarnos o a pasar de largo; a cargar sobre nuestros hombros esta realidad o a no afrontarla. Reflexionado sobre eso tomamos conciencia de que aquí la única opción que nos queda como Iglesia, como centro educativo católico es el de arrimar el hombro y cargar con la realidad del dolor, encargarnos de ella porque a veces las cruces se hacen muy muy visibles y más en esta etapa que nos toca vivir». Aparte de a través del colegio, la Iglesia se hace presente en la Palmilla a través de otras comunidades, como las Hijas de la Caridad, los Trinitarios, las Hermanitas de Jesús, la propia parroquia... ¿Cómo debe ser la labor de la Iglesia en el barrio? Para Santos, «el Católico tiene que escuchar la Palabra y ser Palabra encarnada. Yo creo que la labor de todos, como comunidad eclesial, como enviados en este barrio, es dar testimonio con alegría, transmitir esperanza, pero siendo conscientes de que hay una realidad y un dolor y un sufrimiento que hay que acompañar, tocar y agacharse hacia él». Evangelización y ayuda social ¿se pueden separar? Para el docente, «es difícil que se puedan separar. Somos conscientes de que, si no nos apoyamos en la roca que nos fortalece, si no nos damos cuenta de que no somos nosotros mismos sino que es el amor de Dios y el amor de Dios encarnado el que nos envía a esta realidad, difícilmente podremos vivir esto. Hay realidades que son tan crudas que si uno no se pone en manos del Señor no tiene fortaleza humana sola que la sostenga».