El confinamiento es una experiencia totalmente novedosa para todos, y esperemos que sea la única vez en la vida que la llevemos a cabo. Nos vamos acostumbrando. La verdad es que lo que echo de menos no es la calle, sino el contacto con las personas y el ver a la gente.  

Es una experiencia única para la familia, porque pocas veces hemos convivido tanto tiempo y tan intensamente como en esta ocasión. Hay que ser optimistas y realistas y no perder la ilusión ni la esperanza, porque si no esto se traduciría en continuos enfados. En mi casa, gracias a Dios, lo estamos llevando bastante bien, y es para estar feliz.

EL TRABAJO

En cuanto al trabajo, tengo que agradecer las buenas herramientas informáticas que tiene el Obispado y las personas que están al frente de las mismas, como son Florencio Hernández (informático del Obispado) e Inmaculada Crespo (Administración), gracias a los que trabajamos muy bien desde casa. Tenemos en casa el mismo escritorio del ordenador de la oficina, los teléfonos desviados a los móviles, los contactos... Así, puedo seguir manteniendo la misma jornada laboral y dar normalidad a mi día a día. Es una alegría poder trabajar con orden y alegría, como lo hacemos en la Administración del Obispado, siguiendo en contacto con los compañeros a través de los grupos de wassap e intentando que este tiempo transcurra de la forma más ordenada posible.

VIDA DE FE

Y con respecto a la fe, quizás en estos momentos es más importante que nunca. Intento mantener la oración, el rezo del Ángelus, el dar todos los días las gracias a Dios al sentarnos a la mesa... y también veo de vez en cuando, un vídeo de nuestra Semana Santa que me ayuda a mantener viva la fe.

Son muchas las herramientas a nuestro alcance para poder seguir la Misa y muchos los sacerdotes que la están retransmitiendo por las redes sociales. Gracias al sacerdote Miguel Ángel Gamero podemos ver a nuestros titulares, que se encuentran en la parroquia de Santiago y sus palabras de ánimo nos ayudan, a los que somos cofrades, a seguir adelante. 

Son muchas las iniciativas creativas que nos ayudan a mantener viva la fe y la esperanza, y a que las familias estemos más unidas que nunca y resistiendo porque, esto lo vamos a superar entre todos.