NoticiaSacerdotes «Soy un cura de pueblo muy feliz» Publicado: 15/01/2019: 27305 Estudioso y enamorado de la figura de san Manuel González, el próximo 25 de enero, a las 19.00 horas, presentará en la Casa Hermandad del Sepulcro, en calle Alcazabilla, su nueva obra “San Manuel González García: En Andalucía me forjó y en Palencia me hizo Santo”, que se encuentra a la venta en la Librería Diocesana. A la presentación acudirá el Obispo de Málaga, Jesús Catalá. Antonio Jesús Jiménez recibió la ordenación sacerdotal el 19 de junio de 2010 y el 12 de septiembre de ese mismo año recibió el nombramiento como párroco de Santa Ana, en Alfarnate, y Santo Cristo, en Alfarnatejo. Lo acompañamos por sus parroquias, para conocer la vida pastoral de los pueblos más altos de la geografía malagueña. «Alfarnate se caracteriza sobre todo por su gente noble y de buen corazón; vecinos muy acogedores. Tanto aquí como en Alfarnatejo, y en las pedanías de Pulgarín Alto, Pulgarín Bajo y Puente de Saba, me siento como en casa. La gente es muy colaboradora y generosa, dispuestos siempre a ayudar en todo, ya sea en una campaña, en organizar una fiesta benéfica haciendo chocolate y buñuelos… todos a una. Son unos pueblos muy unidos», explica Antonio Jesús cuando se le pregunta por cómo es la gente de la zona, y añade que «llevo ya para 9 años aquí y nunca he pedido al Sr. Obispo cambio, porque soy muy feliz». Entre las fiestas más importantes que se celebran en este pueblo, se encuentra la Fiesta de las Candelas, el 2 de febrero. «Los niños se disfrazan de san José y de la Virgen María y, en una carreta tirada por la burrita “Micaela”, encabezan la procesión hasta la ermita de la Virgen de Monsalud. Allí celebramos la Eucaristía», explica el párroco. Otras fiestas importantes son el día de san Marcos, cuando la imagen de la Virgen baja de la ermita a la parroquia, donde permanece hasta el 13 de junio; la fiesta de la Virgen de Monsalud, patrona del pueblo, el 12 de septiembre, a la que acuden los párrocos de los pueblos cercanos y de otros lugares de la diócesis; sin olvidar la mítica Embajada de Moros y Cristianos. Alfarnatejo es un pueblo más pequeñito, «con la misma buena gente noble y acogedora que Alfarnate». Su patrón es san Miguel Arcángel, y el titular de la parroquia, el Santo Cristo de Cabrillas; sin olvidar la fiesta de san Isidro Labrador, que es muy importante en ambos pueblos de tradición agrícola. «Soy un cura de pueblo muy feliz que llevo la agenda mientras voy por la calle, por si surge algo, y me asomo a las ventanas abiertas para saludar a los vecinos mientras voy camino de comprar los “mandados”. Lo importante es estar con la gente», explica Antonio. Además, cuenta con la ayuda del diácono Miguel Norbert, «muy integrado en el pueblo mientras acaba sus estudios de Teología y espera su ordenación sacerdotal. Es un hombre que tiene muchísima cultura y hacemos muy buen equipo de trabajo. Tiene un bagaje espiritual enorme y la paz que este hombre transmite provoca que mucha gente confíe en él y lo busque para hablar con él», añade.