NoticiaCatedral San Juan de Dios San Juan de Dios // M. ZAMORA Publicado: 25/09/2017: 19213 De entre todas las imágenes talladas en caoba, cedro y granadillo que encontramos en el coro del primer templo de la ciudad, hay una a la que el sacerdote Francisco García Mota le tiene un cariño especial. No hace falta que lo afirme, cualquier persona podría verlo en el brillo de sus ojos cuando habla de san Juan de Dios. El libro "El coro de la Catedral de Málaga. Una joya del barroco español", de Francisco Garcia Mota, disponible en librerías Y es que el encuentro de Juan Ciudad con el Señor tuvo lugar en la localidad de Gaucín, de la que García Mota es hijo adoptivo. El que fuera deán, durante más de veinte años, de la Catedral de Málaga explica en su obra “El coro de la Catedral Basílica de Málaga” que san Juan de Dios «nació en Montemor o Novo, Portugal. Se le puso el nombre de Juan Ciudad. Hasta los cuarenta años llevó una vida atormentada y ejercía de pastor en Oropesa, luego fue labrador, soldado en África, andariego por Inglaterra y, desde Granada, ejerció de librero ambulante. En un viaje desde Gibraltar hacia Granada, a la altura de la Villa de Gaucín (Málaga) cargado de libros para vender, se encontró a un niño descalzo, con los pies heridos y le dijo: “mis zapatos no te quedan bien pero yo te llevaré”, y fue entonces cuando se lo echó al hombro (momento que recoge la imagen del coro) y así llegaron a una fuentecita donde Juan fue a refrescarse. De repente, vio que el niño mudaba su apariencia y le decía: “Juan, Granada será tu cruz” y desapareció. Juan de Dios, como se le conoce posteriormente, se fue a Granada. La predicación de san Juan de Ávila le hizo recapacitar y convertirse a Dios y a la caridad. Iba por las calles gritando y golpeándose el pecho, por lo que le consideraron loco y, por ello, lo encerraron en un manicomio. Habiendo experimentado las duras condiciones de los enfermos mentales, fundó en Granada un hospital y la Orden de los Hermanos Hospitalarios». Murió en Granada, el 8 de marzo de 1550. Fue canonizado en 1690 y declarado patrono de los hospitales y el personal sanitario.