Noticia Mayo, un mes para la Santísima Virgen Publicado: 07/05/2015: 17028 Tradicionalmente, el mes de mayo es un puñado de días en los que la devoción gira su mirada hacia la Santísima Virgen. María, impregnada de la Palabra de Dios, es modelo para la vida del cristiano. María, con su manera de vivir, enseña cómo aceptar la voluntad de Dios, a no dejarnos seducir por lo que es efímero y pasajero, y a no ceder ante las tentaciones que apagan la alegría de la vida. Al contemplar a la Madre de Cristo, encontramos la esencia de la comunidad cristiana y, consecuentemente, del seguidor de Cristo. Lo descubrimos de un modo no deformado. Como afirmaba Benedicto XVI: «el hecho de que María está totalmente en Dios es la razón por la que está también tan cerca de los hombres». En María, la bondad de Dios se acercó y se acerca mucho a nosotros. De ahí que sea sencillo, al contemplar a la Santísima Virgen, a la Virgen de la Victoria, patrona de nuestra Diócesis, poder ser mejores cristianos. Ella es modelo de vida y de fe, ejemplo y apoyo para todos los creyentes. En este sentido, mayo ofrece la oportunidad de cultivar la devoción mariana con el rezo del rosario, con la visita a santuarios marianos o la contemplación de la vida de la Madre de Dios.