NoticiaOpinión Cuaresma cofrade Publicado: 20/03/2021: 16511 Opinión Transitamos por una Cuaresma en pandemia. Algo que está dando un giro sorprendente a algunos de los actos cofrades que se realizan. Y a las actitudes. No olvidemos que la celebración litúrgica o iniciativas si no están respaldadas por acciones concretas vinculadas al evangelio adolecen de sentido cristiano profundo. Entrarían en el discurso meramente plástico, estético. O hipócrita en el peor de los casos. El compromiso cofrade con el dolor, de quien en esta pandemia sufre el empujón de la crisis, está siendo incontestable. Y las propuestas que se están materializando en diversos sentidos, sobresalientes. Recordemos que, en términos generales, lo más grande y hermoso se manifiesta de manera pobre y sencilla. Solidaria. Y, en cierta forma, es lo que atravesamos se evidencia: frente a la vulnerabilidad antes la que sitúa el coronavirus y frente a la incertidumbre ante la que coloca la pandemia surgen respuestas acertadas desde el ámbito cofrade. Entre otras cosas, porque la verdad revelada en el Evangelio está siendo encarnada en el hoy. Y se ofrece a propios y extraños. Por el contrario, cuando el cofrade cae en el encierro perfeccionista surge el aislamiento con las más diversas excusas; ahora y siempre. No hay derecho a quedarnos acariciándonos el alma o a quedarnos encerrados en nuestras pequeñas historias personales o luchas cainitas. Es suicida permanecer retroalimentados en nuestras ridículas pretensiones echándonos incienso los unos a los otros. Tenemos que escuchar y mirar alto, más allá de lo que percibimos y buscar la mirada del otro. Una mirada inclusiva. El cofrade, si vive su fe cristiana, debe comunicar el evangelio como sabe, como disfruta el pueblo; un evangelio expansivo, revolucionario, transgresor. También en pandemia. Buscando la manera para que los sagrados titulares estén cercanos a la gente, especialmente en nuestros barrios a los más necesitados, a los enfermos y a quien más sufre. En esta cuaresma en pandemia sigamos saliendo de nuestro cascarón y vivámosla intensa, honesta y coherentemente.