NoticiaColaboración El árbol de la Marina Publicado: 01/12/2020: 15590 EL ALFEIZAR. Rafael Pérez Pallarés Existe un árbol de Navidad en Málaga, instalado en la plaza de la Marina, que me gusta. Recupera el genuino sentido de la Navidad. Desconozco lo que a mis paisanos de Ximénez les llevó a coronar el árbol con la Sagrada Familia; si fue una decisión política, de inspiración religiosa o un guiño a la tradición. Hace unos años, en las instalaciones que tiene Ximénez en la localidad cordobesa de Puente Genil, sugerí que se recuperase la iconografía propia de la Navidad. De manera actualizada y disruptiva. Propuse recuperar el relato evangélico porque contiene de todo: migrantes, misterio, familia, pobres, belleza, magia, vida, ternura, luz... Sugería que no estaría de más repensar el relato navideño en pleno siglo XXI. De manera concreta y actualizada con la luz propia de Puente Genil que, por cierto, fue el primer pueblo andaluz al que llegó la luz eléctrica. Y la segunda localidad española después de Barcelona. Cuando hice la propuesta la respuesta fue: quien manda es la política. Dicho de otra manera, la ideología política marca el estilo de las luces de Navidad que cada ciudad instala. Por otro lado, algo legítimo. Pues bien, sigamos así: vendiendo la Navidad. Pongámosle precio. Así nos va. ¿La prueba? Esta Navidad en pandemia donde falta esperanza, ganas de vivir y muchas personas se instalaron en el pesimismo y la negatividad ante unas fiestas tan entrañables. No estaría de más que las luces navideñas ayudasen a repensar la vida a la luz de la vida recién nacida contando historias y narraciones que nos ayuden a ser mejores personas. Mejor familia. Y, en este sentido, la Navidad, fiesta marcada por la fe, contiene un relato privilegiado para tal fin. Por eso me gusta el árbol de la plaza de la Marina coronado con la Sagrada Familia. Junto a otros motivos propiamente navideños, repartidos por el centro de la ciudad o sus barrios, otorgan a la iluminación la posibilidad de ofrecer un relato con el sentido auténtico de la Navidad. Algo que nos hace crecer como ciudad, como vecinos.