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Serafín y José Mariano, dos nuevos diáconos

Publicado: 11/10/2011: 3969

•   Serán ordenados presbíteros en un futuro cercano

Ha sido a las 11 de la mañana en la Santa Iglesia Basílica Catedral cuando este sábado los seminaristas Serafín Corral Martín y José Mariano Pérez Clavero han sido ordenados diáconos. En el siguiente reportaje conocemos algo más de ellos.

José Mariano Pérez Clavero, 32 años, natural de Vélez-Málaga, A la izquierda de la foto, antes de entrar en el Seminario de Málaga cursó tres años de Teología en la Facultad de Cartuja, en Granada. Este año está ayudando en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Fuengirola.

«Mi vocación surgió como respuesta a la llamada que Dios me hizo a través de dos personas: mi madre, que me inculcó el cariño a la Iglesia; y  un sacerdote, que me “contagió” sus ganas de seguir a Jesucristo. Yo lo vi feliz y me dije: “yo quiero ser como éste”. El seguimiento de Jesucristo es progresivo, en el que voy tomando decisiones y definiendo cómo quiero vivir.  Todos, en algún momento, si somos cristianos, decimos a Dios: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. La llamada es un regalo de Dios, pero también como “ese tesoro que almacenamos en vasijas de barro”. Y esa perseverancia, suscitada por nuestra fidelidad al que nos ha llamado es, sin duda, el mejor aliado para permanecer fieles a Él». 

Serafín Corral Martín, 49 años, natural de Córdoba, a la derecha de la foto, es Licenciado en Derecho y este año está ayudando en las parroquias El Salvador y San Miguel, de Nerja. 

«Mi sí a la llamada de Jesús está muy relacionado con mi niñez. Desde pequeño, mi fe y mi amistad con Dios fueron algo muy importante para mí. El Señor me regaló una familia y un colegio, que me inculcaron una fe viva hecha obras por amor a Dios y al prójimo. Ingresé en la Universidad, cursé los estudios de Derecho y me dediqué al apasionante ejercicio de la Abogacía durante más de dos décadas. Pero el Señor “que deshace los planes de las naciones”, deshizo también los míos, y tras algunas dificultades y mucha resistencia por mi parte, el Amor, la Misericordia y la Paciencia infinita de nuestro Buen Dios venció. Después de un período de reflexión, en el que conté con la inestimable ayuda de los sacerdotes José Ruiz Córdoba y José Carlos Coupeau, S.J., ingresé en el Seminario. Siento que lo que ha sucedido en mi vida es fruto exclusivo de la Gracia de Dios, y que esa misma Gracia sostendrá mi ministerio diaconal y, si Él quiere, mi vida sacerdotal».

Fotografías de la ordenación


+ info en el reportaje de Encarni Llamas publicado en la revista "Diócesis"

Autor: diocesismalaga.es

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