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Proyecto Hombre celebra sus bodas de plata

Publicado: 31/10/2010: 1067

Proyecto Hombre conmemoró este miércoles sus primeros veinticinco años de actividad en Málaga. Lo hizo con el paso de uno de sus impulsores, Benito Gil. Él, junto a un grupo de voluntarios, tuvo la osadía de poner en marcha un programa de ayuda pionero en Andalucía que encaró prejuicios y falta de medios y que cuenta hoy con un reconocimiento unánime.

Los veinticinco años de Proyecto Hombre son veinticinco años de historias, muchas de ellas trágicas y otras situadas al borde de la épica.  La comunidad de terapeutas de Proyecto Hombre, presente en el teatro a través de muchos de sus representantes, no sólo resultó esforzada, sino éticamente irreprochable. Se pusieron en práctica las teorías promovidas por Mario Picci, empeñadas en restituir la dignidad y la identidad de los afectados, haciendo partícipes de su recuperación al entorno, vecinos y a sí mismos. «Nos decían que éramos los que curábamos enseñando a lavar los platos», señaló.
La labor alentada por Gil, que dispuso de la solidaridad de un ramillete de voluntarios cada vez más amplio, cuenta con varias generaciones de beneficiarios. Muchos de ellos se encontraban  en la celebración del aniversario, que se convirtió, también a su modo, en un homenaje a la primera guardia de Proyecto Hombre en Málaga, provincia que fue pionera de la atención en la comunidad.


Juan José Soriano, actual presidente del colectivo, aupado en el escenario para presentar el libro que sintetiza la trayectoria en Málaga, resumió buena parte del espíritu que encarnan los voluntarios de la fundación: «No era tan importante ser doctor como conocer la calle y saber hablar cara a cara con sus problemas», indicó.   Las palabras de los miembros del equipo, antiguos y actuales, suscitaron los aplausos de los asistentes. Benito se refirió a Proyecto Hombre como un hogar y los datos le dan la razón. La asociación ha recibido 10.748 solicitudes en sus veinticinco años, muchas de ellas procedentes de enfermos que decidieron, una vez superada la adicción, continuar ligados a la casa como voluntarios.

La conmemoración no se olvidó de reseñar su labor como tampoco la de hombres que, ajenos al boato y la pompa de la vanidad, no dudaron en arremangarse para atender las necesidades del colectivo. Proyecto Hombre quiso distinguir a algunos de sus colaboradores e hizo desfilar por el escenario al abogado Martín Trigueros, que gestiona gratuitamente los asuntos legales de la fundación desde 1985; el dibujante Ángel Rodríguez Idígoras, autor de muchos de los carteles conmemorativos, el joyero Fernando Martín, que ha asumido costes de manera desinteresada y a Concepción Gutiérrez y Justo Pliego. Dos personas con pasos tan importantes como los de Benito Gil, con décadas de ayuda para levantar otros pasos.

Autor: La Opinión de Málaga

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