NoticiaConoce la Catedral Santa penitencia Publicado: 01/03/2024: 9679 Como tiempo preparatorio a la gran fiesta de la Pascua, comenzamos el largo ciclo de la Cuaresma marcado por la austeridad y el ayuno. Una de las santas que pasa por ser el referente penitencial por excelencia. Una Santa que podemos admirar en uno de los altares de nuestra Catedral, con una iconografía ciertamente particular y poco frecuente. Se trata de María Magdalena, la primera testigo de la Resurrección del Señor, protagonista de uno de los compartimentos del valioso lienzo llamado genéricamente de San Sebastián, pintado por el maestro veneciano Jacobo Palma en el siglo XVI. En el recuadro dedicado a la oriunda de Magdala, con la larga melena y la exigua ropa que la caracteriza, queda plasmada por el artista en el mismo momento en que es arrebatada hasta el Cielo por mano de ángeles. Este tema está inspirado en unos celebérrimos relatos medievales que narran como la otrora pecadora, arreciada la persecución contra los primeros cristianos, tuvo que huir de Judea junto a otros discípulos, recalando finalmente en el sur de Francia. Allí, como una anacoreta, vivió sus últimos años la Magdalena entregada a la más recia penitencia, en una perpetua y adusta Cuaresma, solo interrumpida por los ángeles que todos los días, a las horas canónicas, la conducían hasta la Gloria para que se uniese a ellos en las alabanzas a Dios. Leyendas piadosas aparte, los creyentes debemos ser conscientes de cómo la práctica de la penitencianos ayuda a obtener la salvación, de lo que es buen ejemplo santa María Magdalena “igual que los apóstoles”, en decir de las iglesias orientales. Alberto Palomo Archivo catedralicio