NoticiaReligiosos Antonio Sánchez: «San José enseña a estar pendientes» Antonio Ángel Sánchez, provincial de la Orden de Carmelitas Descalzos de la Provincia Ibérica Publicado: 22/12/2020: 11595 ANTONIO ÁNGEL SÁNCHEZ ES PROVINCIAL DE LOS CARMELITOS DESCALZOS DE LA PROVINCIA IBÉRICA El pasado día de la Inmaculada, el papa Francisco firmó la carta apostólica Patris corde con motivo del 150 aniversario de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia Universal, e invitó a todos los cristianos del mundo a celebrar en 2021 un año de san José, dedicado al esposo de la Virgen María y padre de Jesús. San José tuvo que improvisar ante las dificultades, buscó un pesebre donde pudiera nacer el niño al no haber sitio en la posada; huyó a Egipto para librar a María y a Jesús la amenaza de Herodes… En dicha carta, el Santo Padre alude a la devoción que muchos santos y santas han tenido por el patriarca, destacando especialmente la figura de santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden de los carmelitas descalzos. Antonio Ángel Sánchez, nuevo provincial de los carmelitas descalzos de la Provincia Ibérica, que abarca prácticamente toda España y parte de América y África, ha visitado recientemente Málaga dentro de su ronda de visitas a todas las comunidades y ha valorado para DiócesisMálaga la importancia de este año dedicado a san José. El religioso destaca que, junto al papa Francisco, los generales de las dos ramas de la orden carmelita (los de la Antigua Observancia y los Descalzos) también acaban de publicar una carta dedicada al padre de Jesús, en la que recuerdan que su devoción a san José «arranca prácticamente desde el principio de la orden, en torno a los siglos XII-XIII, como parte fundamental del carisma. En nuestro deseo de vivir la familiaridad con la Virgen y de imitarla en sus virtudes más sencillas, sobre todo en el rumiar la palabra del Señor en el corazón, encontramos que la Virgen no es un ente aislado, sino que parte fundamental de su vida es san José. No es solo una actitud piadosa, subrayan nuestros generales, sino que es importante contemplar a San José como un compañero de camino y como un programa de vida. Y esto que ha sido una señal de la familia carmelita desde los orígenes, con la reforma de santa Teresa, gracias a esa relación personal con san José que ella refleja en el Libro de la Vida, recibe un espaldarazo todavía mayor». ¿Y qué actualidad tiene el mensaje de san José para el hombre y la mujer de hoy? Para este religioso, el mundo de hoy está muy necesitado de imitar los valores que vivió el carpintero de Nazaret: «en un mundo donde los vínculos estables se tornan muy complicados, incluso se evitan para esquivar la parte de conflicto que tienen, san José se presenta como el hombre que renuncia a cualquier otro plan para ser, dentro de la Sagrada Familia, el actor más secundario. Pero él vive con gozo esa entrega cotidiana». También está en crisis, en este inicio del tercer milenio, la figura de la paternidad. ¿Qué significa ser padre hoy? Para el provincial, san José puede arrojarnos algo de luz: «los valores de san José quizá no estén de moda, pero podrían ayudarnos mucho. Vivimos con la idea de que casi nada que implique sufrimiento merece la pena. Esta es una afirmación muy neurótica puesto que es evidente que no hay nada que merezca la pena que no implique cierto sufrimiento. Lo dice la misma palabra, hay cosas que implican cierta pena, pero que la merecen». San José tuvo que improvisar ante las dificultades, buscó un pesebre donde pudiera nacer el niño al no haber sitio en la posada; huyó a Egipto para librar a María y a Jesús la amenaza de Herodes… ¿Qué habría hecho san José ante la pandemia? Para el carmelita, «el papa subraya en su carta que José es también padre de la creatividad. De una creatividad valiente y que implica donación. Es caer en la cuenta de que una de las mejoras cosas que se pueden hacer es vivir siempre un poco más pendiente de quien me pone el Señor al lado. Fijarme más en esas personas que en mí mismo acaba siendo lo mejor para mí, no por ningún tipo de dinámica masoquista, sino porque estamos llamados a ese vínculo, a esa comunión, especialmente ahora, en esta Navidad tan trágica para tantos».