Me encanta el nombre de este certamen. Cine Humano. Sobre todo porque el cine se inventó para ser visto. Sin espectadores, aquellos primeros documentales no habrían evolucionado hacia la ficción, esa que tanto se parece a la realidad. Una realidad que a veces es brutal, cruel, salvaje, ruda… Por eso este año, el III Ciclo de Cine Humano convierte la pantalla en un espejo para enseñarnos nuestra parte más oscura, mas violenta. Y lo hace con una selección de películas divinas. Ahí está la cinta polaca ganadora del Oscar ‘Ida’, la conmovedora historia de una novicia en busca de su pasado; ‘Relatos salvajes’, una colección de historias que viaja de lo espeluznante a lo cómico, o ‘321 días en Michigan’, un filme carcelario con unos personajes que son pura piel. El ciclo también incluye un recital de cortos… del que poco puedo decir por el secreto (de confesión) al que me debo como jurado de esta edición. Eso sí, les invitó a ver en el Albéniz estos pequeños tesoros que encierran momentos de gran talento.
Por cierto, aprovecho para recomendar ‘A cambio de nada’, la última ganadora del Festival de Málaga Cine Español, que ya está en la cartelera. No es una película violenta. Pero encaja a la perfección en esa etiqueta de Cine Humano. Con mayúsculas.

Francisco Griñán, periodista Diario Sur