NoticiaSacerdotes El obispo de Málaga: «Los buenos sacerdotes no nacen, se hacen» Publicado: 12/04/2013: 3187 • Destaca que la Iglesia crece y se reforma con la santidad de los sacerdotes El presbiterio de la Diócesis de Málaga ha peregrinado junto al Sr. Obispo al Santuario-Basílica de San Juan de Ávila, en Montilla, con motivo de la celebración de su festividad, en el año de su proclamación como Doctor de la Iglesia. Mons. Catalá ha manifestado en la homilía pronunciada en el trascurso de la celebración de la Eucaristía que San Juan de Ávila «vivió siempre muy pobremente, dedicado a la oración y a la predicación.» En este sentido, D. Jesús Catalá señaló que «Juan de Ávila influyó indirectamente a través de los autores espirituales y fundadores, que bebieron de sus fuentes y trasmitieron su doctrina en sus propias orientaciones espirituales y apostólicas.» Y recordó que el llamado maestro de maestros, «se relacionó como consejero y guía espiritual con la espléndida generación de santos, sus contemporáneos, varios de los cuales fueron fundadores o reformadores de conocidas Órdenes religiosas: Fray Luis de Granada, santo Tomás de Villanueva, san Ignacio de Loyola, san Juan de Dios, san Pedro de Alcántara, san Francisco de Borja, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.» El obispo de Málaga destacó que «providencialmente el Papa Benedicto XVI proclamó doctores de la Iglesia Universal a Santa Hildegarda de Bingen y a San Juan de Ávila. Estos dos nuevos doctores han sido grandes evangelizadores pro su fe recia, por su amor ardiente a Dios, por su celo apostólico por la salvación de los hombres.» En la homilía pronunciada también dijo que Juan de Ávila centró su interés en mejorar la formación de quienes se preparaban para el sacerdocio y destacó su preocupación por la salud del clero, recordando que «la calamitosa situación del clero de la época en que vivió San Juan de Ávila, le llevó a promover la reforma de los sacerdotes. En el primer Memorial, enviado al concilio de Trento el año 1551, encontramos muchas indicaciones útiles para el momento presente. El Concilio pretendía “el bien y reformación de la Iglesia"; Juan Ávila señala que para lograrlo "el remedio es la reformación de los ministros de ella”.» Así mismo, afirmó que «los buenos sacerdotes no nacen, se hacen y que por eso Ávila insiste con gran realismo: “Si quiere la Iglesia tener buenos ministros, que conviene hacerlos; y si quiere tener gozo de buenos médicos de las almas, ha de tener a su cargo de los criar tales y tomar el trabajo de ello. Y si no, no alcanzará lo que desea”.» Por último, Mons. Catalá resaltó la devoción que el patrón del clero secular español dispensaba a la Santísima Virgen. AUDIO ÍNTEGRO DE LA HOMILÍA: Descarga directa mp3 PEREGRINACIÓN El 9 de mayo ha sido el día elegido para esta peregrinación sacerdotal a la localidad cordobesa, un acto con el que el presbiterio malagueño desea unirse a la celebración de este santo en el año en que ha sido proclamado Doctor de la Iglesia. Como expresa Antonio Collado, delegado para el clero de la Diócesis de Málaga, «se trata de un día para dar gracias a Dios por el doctorado del Maestro de Ávila, a quien la Iglesia presenta de nuevo como modelo de vida cristiana para todos los bautizados, por la eminencia de sus enseñanzas y su entrega pastoral». Para los sacerdotes, añade Collado, «es un momento privilegiado para acercarnos a su figura, reafirmarnos en su magisterio y especialmente dejarnos impregnar de su ardor misionero y evangelizador». NUEVA EVANGELIZACIÓN El papa emérito Benedicto XVI, en su homilía de la Eucaristía con motivo del inicio del Sínodo para la Nueva Evangelización, donde fue proclamado este santo Doctor de la Iglesia, afirmó: «San Juan de Ávila vivió en el siglo XVI. Profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero. Supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad. Hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia». Autor: Ana María Medina