DiócesisMisiones Palabras de despedida de Lorenzo Orellana Hurtado Publicado: 21/10/2011: 3028 Lorenzo Orellana ha desarrollado su tarea pastoral como delegado diocesano de misiones durante 15 años. Reproducimos las palabras que pronunció con motivo de su despedida. Estos días he leído una frase que la literatura judía pone en boca de Dios: "Abridme un espacio como la punta de una aguja y yo lo convertiré en amplias avenidas". He examinado mi paso por la Delegación de Misiones a la luz de esta frase y doy gracias al Señor. Le dí a regañadientes la punta de la aguja de mi vida y reconozco que el Señor ha trazado sus avenidas: Se ha acrecentado el amor a las OMP, prueba de ello que sus colectas aumentaron más de un 15%. Gracias a nuestros obispos, clero y pueblo se ha consolidado la Misión Diocesana y ha crecido la ayuda a la misma. Se ayudó a cuantos seglares envió OCASHA como misioneros. Año tras año fuimos capaces de lanzar Octubre Misionero. Se llevó a cabo la animación misionera en parroquias y colegios a través del SCAM y las campañas de las OMP y Misión Diocesana. Celebramos ininterrumpidamente "Sembradores de Estrellas", con la Catedral llena de niños. Hicimos un Simposio Misionero con repercusión nacional. Y se mantuvieron, a pesar de las bajas por edad o fallecimiento, los colaboradores con la causa misionera: los miembros del Consejo, Conchi Ponce, Hermanas Blancas, Padres de la Consolata, Antonio Pérez, Paquita, Ana Acosta, Vito y Mavi, como las voluntarias y voluntarios: Mª Pérez, Carmelita Zapata, Pepita Espejo, Mercedes Acedo, Pepe y Pedro Salazar e Ignacio Beneroso etc. Quiero tener un recuerdo especial para quien, durante toda su vida laboral, fue secretaria de esta Delegación, Maruja León, a quien se le concedió la Cruz pro Ecclesia et Pontífice. A todos ellos y a cuantos han sido, son y serán amigos y colaboradores de las misiones, gracias y que Dios os lo pague. Mi recomendación de despedida. Si conmigo, que bien sé cómo soy, Dios ha actuado así, qué no hará con el nuevo delegado, misionero de pro y de Nuestra Señora de la Consolación. Pues bien, vosotros todos, dadles a Dios y al padre Luis Jiménez la punta de vuestra aguja que él y vosotros veréis cómo el Señor traza sus amplias avenidas. Así, que demos gracias a Dios porque los hombres pasamos y su Iglesia permanece. Autor: diocesismalaga.es Más artículos de: Misiones «Hay que trabajar en red»«La Jornada Mundial de las Misiones es una ocasión preciosa para pensar cómo respondemos a la vocación misionera» Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir