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Visita Pastoral a las parroquias de San Sebastián, Santa Amalia y Santa Ana (Alhaurín de la Torre)

Parroquia de San Sebastián en Alhaurín de la Torre // JM RODRÍGUEZ BERROCAL
Publicado: 19/05/2022: 4296

Homilía del Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, durante la Visita Pastoral a las parroquias de San Sebastián, Santa Amalia y Santa Ana, en Alhaurín de la Torre

VISITA PASTORAL A LAS PARROQUIAS DE SAN SEBASTIÁN, SANTA AMALIA Y SANTA ANA

(Alhaurín de la Torre, 19 mayo 2022)

Lecturas: Hch 15, 7-21; Sal 95, 1-3.10; Jn 15, 9-11.

(Pascua V - Jueves)

1.- Encuentro con el Resucitado

Celebramos esta eucaristía como centro de esta visita pastoral y centro de la vida litúrgica de la Iglesia.

En la lectura primera de los Hechos de los Apóstoles, después de una larga discusión, Pedro les dijo que Dios escogió a los apóstoles para evangelizar por todo el mundo (cf. Hch 15, 7). Tanto a los apóstoles como a Pablo, que no fue apóstol del grupo de los doce, pero que fue apóstol porque se encuentro con Cristo resucitado y también fue apóstol de los gentiles.

El caso de san Pablo es como nuestro caso. Nosotros no hemos conocido a Jesús en su vida terrena, sino ya resucitado. No se nos ha aparecido como a san Pablo en el camino de Damasco, pero nos encontramos con Él en cada eucaristía y en los sacramentos, en la oración, en tantos otros momentos de nuestra vida. Y también a través de las personas, sobre todo, de los más necesitados. La experiencia de Pablo es como la nuestra. Encontrarse con Cristo resucitado cambia la vida.

2.- El Evangelio es para todos

San Pedro intervino en esta primera asamblea que hubo en Jerusalén, donde se plantearon si el anuncio del evangelio debía ser solo a los judíos o al mundo entero. Pedro recibió la visión de una sábana que bajaba con carnes de animales, que para los judíos no se debían comer porque eran impuros; esta visión fue una enseñanza de que el Evangelio era para todas las gentes.

Y, entonces, a los gentiles, a los paganos, a los no judíos, a todos ellos también hay que anunciarles el evangelio.

Gracias a eso llegó el evangelio a nosotros. Nosotros no hemos sido de religión judía, fuimos evangelizados por los apóstoles y sus sucesores y a través de ellos llegó a España a la fe.

Dice Pedro: «Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe» (Hch 15, 8-9).

Ante estas palabras la asamblea hizo silencio escuchando a Bernabé y a Pablo, y acordaron que estos debían ir a predicar a los gentiles. (cf. Hch 15, 12).

Nosotros retomamos esa antorcha para dar testimonio de nuestra fe a tantos gentiles que viven en nuestra sociedad.

Hoy no todo el mundo es cristiano, no todos están bautizados, ni siquiera algunos bautizados viven como cristianos. El Señor nos envía hoy a todos a esa gente que no vive la fe, para que nosotros narremos nuestra experiencia de fe.

Os animo, por tanto, vivamos la fe que hemos recibido en el bautismo, que es prenda de inmortalidad como decíamos en la asamblea anterior; es semilla de vida eterna que ya tenemos y que el Señor quiere que la trabajemos; semilla que se desarrolla para que crezca como una buena planta y un buen árbol que dé frutos de santidad.

3.- Visita pastoral

En la asamblea hemos hablado de cómo vivir la fe. Demos gracias a Dios que hemos podido conocer a Jesús; que a través de nuestros antepasados: padres, catequistas, sacerdotes, otras personas, hemos podido, gracias a esas mediaciones, encontrarnos con Jesús. Ahora nos toca a nosotros ser esas mediaciones con los demás, con los jóvenes, con los niños, con los bautizados.

La visita pastoral es, como hemos dicho en la asamblea, una revisión de cómo vivimos la fe. Os animo a que tengáis con el párroco encuentros en los que podáis dialogar, discutir, plantear los problemas que vivimos en esta sociedad que prácticamente es medio-pagana, donde hay mucha gente que no cree, algunos incluso, decía antes que bautizados que no viven la fe.

Es bueno que nos encontremos y que hablemos entre nosotros. Que los catequistas, los voluntarios de Cáritas y de otros servicios que nos reunamos para celebrar un encuentro, –igual que se han hecho encuentros por el proceso sinodal–, para hacer una asamblea parroquial, para entre nosotros dialogar, comentar, animarnos a vivir la fe.

4.- Permanecer en el amor de Dios

San Juan, en el evangelio que hemos proclamado ha dicho: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor» (Jn 15, 9).

Si queremos ser felices hemos de ser como el sarmiento unido a la vid que toma de la savia para vivir. El amor es vida. Permanecer en el amor de Jesucristo nos da la vida y nos da la felicidad. Eso es lo que tenemos que proclamar.

«Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor» (Jn 15, 10). El Decálogo no va en contra del amor de Dios, al contrario. El Decálogo, las diez palabras o los diez mandamientos, no son unas normas que nos cargan la espalda como un peso pesado insoportable, son las diez palabras del Deca-logo (Deca, diez; logo, palabra), son palabras de vida. Los mandamientos son palabras de vida. No son prohibiciones que nos fastidian la vida, esto hemos de entenderlo. Son las que nos proporcionan vida, porque es resumido en palabras de Jesús: amor a Dios y amor al prójimo.

A esto os invito, queridos feligreses de esta querida parroquia con motivo de la visita pastoral. ¡Vivid con alegría y con gozo el ser cristianos! Y dad testimonio que el ser cristiano hoy vale la pena, es importante y, además, me ayuda a vivir, da sentido a mi vida, me hace más feliz. Seamos testigos de esto.

Se lo pedimos a la Santísima Virgen, mujer que tuvo una gran misión en la Iglesia, como todas las mujeres y como todos los demás, cada uno en su campo. Que así sea.

 

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