La Renovación Carismática Católica en España es una asociación privada de fieles formada por grupos de oración que se articulan a nivel diocesano, de provincia eclesiástica y nacional. Los grupos de oración se reúnen semanalmente en una oración comunitaria de alabanza, animados por el equipo de servidores del grupo.

La finalidad o misión de la Renovación Carismática es «conducir a los participantes hacia una vida cristiana carismática, movida y dirigida por el Espíritu. Vida que se inicia privilegiadamente por la efusión del Espíritu, o bautismo en el Espíritu, pero que debe ser sabiamente orientada y educada hacia la madurez. Es decir, hacer que las personas nazcan de nuevo por medio del bautismo en el Espíritu y lleguen a la madurez de la vida cristiana».

Para alcanzar esta finalidad, ofrecen como medios de formación los Seminarios de Vida en el Espíritu, la reunión semanal del grupo demoración, la escucha de la Palabra de Dios, las Asambleas y los Retiros. 

Actualmente, hay 11 grupos de oración en la diócesis de Málaga. En Málaga capital, en las parroquias de Jesús Obrero, la Purísima Concepción, la Amargura, San Juan de la Cruz y Virgen del Camino. Y en la provincia, en Coín, Fuengirola, Mijas-Costa, Estepona y Ronda.
Para más información: rcce-es.com y rccemalaga@gmail.com

TESTIMONIO. Inmaculada Criado

Testimonio emitido en "Iglesia en Málaga", Cope Málaga

Me llamo Inmaculada Criado. Nací en una familia cristiana católica y prácticante. Nos educaron, a mis hermanos y a mí, según la fe católica. Fui a un sinfín de convivencias y retiros y, aunque tuve mis crisis, Dios me cuidó.

Una vez fui a una reunión de los carismáticos, me parecieron gente rara y no me llenó; pero en el 2017 fui con mi madre a un Seminario de Vida en el Espíritu y ahí fue cuando Dios se hizo presente en mi vida de una manera que no me imaginaba.

Cuando terminó el Seminario me dijo mi madre: “Inma, no podemos ir solas en la fe, tendremos que insertarnos en algún grupo de los que hay en la Iglesia”, y así Dios me condujo de su mano al grupo carismático.

Lo más curioso es que la alabanza ya no se queda solo en el grupo, sino que la llevo a mi vida diaria y soy consciente de que Dios me acompaña en todos los ámbitos de mi vida. Dios me cuida y me fortalece. La alabanza me sale del corazón. Ya soy otra loca enamorada de Dios como mis hermanos carismáticos.

Ahora comprendo mejor la Misa y no me aburre, como antes; es más, me gusta. Todos los sacramentos los vivo más, estoy muy contenta de haber entrado aquí y siento que Dios me ha abierto el corazón hacia Él. La verdad es que soy muy feliz.