Noticia MIES. «La misión con los niños y jóvenes ha marcado mi vida» Toñi Pozo, miembro de la Asociación Pública de Fieles MIES Publicado: 08/10/2019: 22047 MIES es una Asociación Pública de Fieles, que nació en Málaga y fue fundada por el sacerdote diocesano Diego Ernesto Wilson Plata, fallecido en 2005. Su carisma es «ofrecernos a la Iglesia para el apostolado con niños y jóvenes, formando comunidades donde tienen cabida diversos estados vocacionales con igualdad de derechos y deberes en cuanto a su pertenencia a la asociación», explica Antonio González, responsable provincial de MIES en Málaga, y afirma con rotundidad que «el MIES, enamorado profundamente de Jesús, entrega su vida a la evangelización. Somos convocados a anunciar la Buena Noticia del Reino entre los niños y los jóvenes, desde el acompañamiento en el encuentro con Jesús en sus vidas». Conocen la realidad de los niños y los jóvenes desde la perspectiva de Jesús, desde una relación de acercamiento, diálogo e interacción con ellos. Su método apostólico se apoya en la actitud de acogida, en el trato personal cercano y desinteresado, concretado en tres etapas: amistad, palabra y sacramentos, realizado a través de la catequesis, las actividades deportivas y culturales, los campamentos, etc. MIES tiene presencia en varias provincias españolas, y en Ecuador, Argentina y Paraguay, además de la misión del Centro de acogida Charles Lwanga de Bayaka, en Chad. La sede central está en Málaga, en la Calzada de la Trinidad nº 16. Para más información: web www.misionerosdelaesperanza.org; e-mail secretariamies@misionerosdelaesperanza.org y facebook @MIES.Misioneros.de.la.Esperanza TESTIMONIO. TOÑI POZO Testimonio de Toñi en el programa "Iglesia en Málaga" Mi nombre es Toñi Pozo, tengo 59 años y, desde muy joven, he estado relacionada con los Misioneros de la Esperanza en sus grupos juveniles. En este mes de octubre celebro los 31 años de mi vinculación a la asociación y, desde entonces, mi vida tiene un sentido especial. La vocación ha sido el gran regalo que el Señor me ha hecho. Los fines y la espiritualidad de MIES me ayudan a vivir mi fe de una manera concreta. La misión con los niños y jóvenes ha marcado mi vida; y también la comunidad, donde me fortalezco y camino con otros hermanos, donde nos ayudamos a vivir la vocación y la misión, es fundamental para mí. Ya llevamos más de 30 años caminando juntos. Otro gran regalo que recibí del Señor a través de la asociación fue la misión “ad extra”. En enero del 92 tuve la suerte de ser enviada a la ciudad de Manta, en Ecuador, para trabajar en uno de los barrios que llevaban los jesuitas. Allí colaboré durante 6 años, atendiendo la pastoral del barrio con otros hermanos MIES. Y allí descubrí muchísimas cosas. Fue un gran regalo y lo sigo guardando en el corazón con muchísimo cariño. Sigo manteniendo relaciones estrechas con personas de allí que me han enseñado muchísimo, más de lo que yo les haya podido dar a ellos, como suele ocurrir siempre. Y, cuando uno deja todo, también recibe el ciento por uno. Y a la vuelta, también pude experimentar en mi vida, a todos los niveles, cómo el Señor me cuidaba y me iba dando todo lo que yo necesitaba. En este tiempo, sigo acompañando grupos de adultos, tarea que me enriquece muchísimo; doy charlas en algunas comunidades cuando me lo piden; y también colaboro como tutora en un curso de acompañamiento. Todo eso me hace vivir más cerca del Señor y de los hermanos.