El 29 de junio visitó el Obispo la parroquia Santa María del Reposo, en Campillos. «Ha sido un momento muy importante para la parroquia y el pueblo, porque ha venido a clausurar el año catequético a modo de colofón -afirma el párroco y arcipreste, Francisco Sánchez.- Se ha mostrado muy cercano, y la gente así lo ha percibido. Y en esa cercanía les ha dicho a los fieles cosas muy bonitas». Esta visita ha sido preparada mediante unas catequesis sobre Dios y la Iglesia, para ayudar a niños y mayores a conocer el sentido de la visita. «Ha sido un momento de gracia y de bendición del Señor» cuenta Francisco Sánchez.

La visita comenzó a las 10 de la mañana con el recibimiento al Obispo en la puerta de la parroquia, donde se le hizo entrega de la estola. Tras un momento de oración ante el Santísimo y el rezo de tercias, Don Jesús fue acompañado al interior de los salones parroquiales, donde fue informado por el arquitecto y el jefe de obra de la intervención que se está llevando a cabo en el templo y que ha concluido ya su primera fase.

A continuación, el Obispo visitó el cementerio, donde oró por los difuntos, bendijo los nichos e impartió una catequesis sobre la Resurrección que fue muy valorada por los fieles. Seguidamente, visitó la Ermita de San Benito, patrón de Campillos, donde rezó el Ángelus y consagró el pueblo al patrón. La visita a los enfermos era uno de los puntos centrales de la visita, para manifestar la cercanía de la Iglesia a aquellos que viven en situación de mayor debilidad. Don Jesús visitó a ocho familias con alguno de sus miembros enfermos. Les llevó la comunión, habló con ellos y sus familias y les impuso las manos. El almuerzo tuvo lugar a las dos en la casa parroquial, hasta donde se acercaron todos los sacerdotes del arciprestazgo, que compartieron con él la comida.

La tarde comenzó con la visita al Ayuntamiento de Campillos, donde Don Jesús quiso agradecer la contribución económica que el consistorio, regido por Francisco Guerrero, de Izquierda Unida, para rehabilitar el templo parroquial, de estilo barroco y monumento más destacado del pueblo. Tras compartir unos momentos en el Salón de Plenos, Don Jesús firmó en el libro de honor.

A las seis de la tarde, comenzó la asamblea parroquial en el templo, en el que el Obispo departió con niños, jóvenes, padres, miembros de Cáritas, catequistas... a ellos animó a vivir la fe en una sociedad a contracorriente, y a reforzar para el la unidad, con el sostén de la formación, la oración y la Eucaristía, sin olvidar que todos somos Iglesia y debemos contribuir con ella a través de nuestro apoyo y nuestro tiempo. Tras este encuentro, el prelado se acercó a la iglesia de la Veracruz, donde saludó a los miembros de las seis cofradías y asociaciones religiosas del municipio, así como de la Agrupación de Cofradías. «Don Jesús les agradeció todo lo que hacen por la fe del pueblo a lo largo de todo el año, y les insistió en la importancia de la formación para ser cristianos adultos, en plena comunión con la Iglesia, y dar ejemplo con su vida y testimonio a aquellos que se acercan a la fe a través de la religiosidad popular. Visitó los columbarios de la Cofradía, donde rezó una oración por los hermanos difuntos que allí reposan.

La tarde continuó con confesiones en la parroquia, a las que el Obispo dedicó un largo rato, para comenzar la celebración de la Eucaristía pasadas las 20 horas. «Era sobrecogedor el silencio con que le escuchaba el pueblo durante la homilía, en que les habló que, del mismo modo en que los apóstoles visitaban a las primeras comunidades, visitan los obispos a sus comunidades concretas» cuenta Sánchez. Al término de la Misa, Don Jesús pudo saludar a numerosos fieles, entre ellos a un ministro extraordinario que ha servido a la parroquia más de 30 años y a Mª Jesús Sánchez, de las Institución Damas Catequistas Dolores Sopeña. Antes de la despedida, el prelado visitó la imagen del Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas, donado a la parroquia por la asociación de Cornetas y Tambores de Campillos, compuesta por jóvenes que se encuentran comprometidos en diferentes servicios a la comunidad parroquial.

SIERRA DE YEGUAS

El 8 de julio, la visita llegó a Sierra de Yeguas. Don Jesús fue arropado por un numeroso grupo de fieles a su llegada, entre los que se encontraban los niños de catequesis, que con la ayuda de la maestra de Religión Ana Llamas y las catequistas, hicieron una pancarta de bienvenida.

Por la mañana, visitó el Cementerio y a los enfermos del pueblo, y la comida fue nuevamente compartida con los sacerdotes del arciprestazgo en la casa sacerdotal de Campillos.

En la Asamblea, el Obispo escuchó con cariño las distintas intervenciones de miembros de la comunidad, que entre otras cosas, le manifestaron su deseo de tener un sacerdote dedicado únicamente al pueblo. Don Jesús les dio las gracias y les explicó que no era posible por la escasez de sacerdotes de la que adolece la Diócesis. La tarde incluyó también una visita a la capilla situada en la Pedanía de Navahermosa, donde rezó ante las imágenes del Cristo de Navahermosa y la Virgen de la Esperanza, devociones de gran raigambre en el pueblo, esta última especialmente entre las mujeres embarazadas. Antes de la Misa estacional, estuvo confesando a numerosos fieles, y tras la Eucaristía, visitó la Casa Hermandad de la Virgen de los Dolores y compartió un ágape con los fieles antes de despedirse y regresar a Málaga.