NoticiaJornada Mundial de los Pobres Hablan los voluntarios: «Yo salgo ganando» Publicado: 10/11/2023: 8267 Te contamos ejemplos de malagueños que han decidido “no apartar su rostro de los pobres”. Un día dieron el paso al compromiso. Son Reyes, Mari Carmen, Jesús, Rosalina, Joaquina, Carmen María y Celina, pero esta lista necesita crecer aún más. ¿Te atreves? Este 19 de noviembre se ha celebrado la Jornada Mundial de los Pobres. En Málaga son muchas las personas que “no apartan su rostro del pobre”, como las que hoy mostramos desde las distintas áreas contenidas en la Pastoral Social de la Diócesis. La Vicaría para la Acción Caritativa y Social celebra, en el marco de este día, unas jornadas de formación de Pastoral Social y Cáritas en Casa Diocesana los días 17 y 18 de noviembre, que concluyen este sábado con la Eucaristía, a las 17.30 horas en la capilla del Buen Pastor del Seminario presidida por el Obispo de Málaga. Reyes Cordón es auxiliar de enfermería, “hija de Dios y hermana de los migrantes”. Colabora en la Delegación de Migraciones de Málaga. «Mi labor es denunciar las injusticias y las leyes que faltan a los derechos humanos, colaborar en la organización de actividades que den visibilidad a los problemas de los migrantes y acompañar personalmente a quienes puedo (a un rato de paseo, al médico, a gestiones…). Compartir con ellos sus miedos, sus preocupaciones… Viendo a los migrantes en mi barrio, y con el Evangelio en la mano, que dice: "Fui forastero y me acogiste", superé miedos y prejuicios a personas diferentes, abrí mis brazos, mi corazón y mi hogar para salir al encuentro de las hermanas y hermanos que tenía cerca. Trabajo por acoger, escuchar con todos los sentidos, acompañar, llorar con su dolor, paliar su soledad con abrazos. Ha sido y es una experiencia llena de Gracia y Amor». Mari Carmen García es de Frigiliana y voluntaria de Pastoral Penitenciaria. Se planteó entrar después de un retiro. «Años más tarde mediante Caritas me entero de la existencia de la Pastoral Penitenciaria y siento un impulso una llamada más fuerte que yo a responder a esta misión. Las formaciones, las visitas... son un encuentro muy lleno de gozo, dolor y alegría con todos ellos. No sólo hombres y mujeres encarcelados sino voluntarios, capellanes y funcionarios. Allí vivo las bienaventuranzas, no es lo que hago en ellos sino lo que ellos hacen en mí. Salgo siendo una nueva criatura en cada encuentro y visita. La Pastoral Penitenciaria ha llenado mi vida de gozo, haciéndola más plena». Junto a ella, Adelaida Ledesma lleva 24 años entregada a esta misión y afirma que «en la cárcel me encontré con Jesucristo vivo. Hermanos/as necesitados/as de cosas materiales, de cariño, de comprensión pero sobre todo sin saber que Jesús los AMA. Nosotros, el voluntariado, enviados por nuestra madre la Iglesia, le llevamos a Jesús Sacramentado, llevamos su Palabra en frágiles vasijas de barro que somos, reímos con ellos/as, lloramos con ellos, somos como samaritanos sin mirar color, credo o delito. No preguntamos, no juzgamos solo escuchamos y amamos a Jesús en ellos/as. También Eva Estévez García, que llegó a la Pastoral Penitenciaria a través de una buena amiga y compañera de trabajo. «Ella me contaba que iba a visitar a los presos a Alhaurín de la Torre cada semana y les hacía sentir bien, y me planteé que era una forma diferente de ayudar a los demás. Siempre he creído en las segundas oportunidades y he encontrado allí una nueva forma de reencontrarme con Jesucristo. Quise probar y me cautivó la experiencia el corazón, ya que es una misión distinta y desconocida la de ayudar al prójimo en su verdadero sufrimiento de condena sin libertad y su proceso de evolución personal hacia su recuperación. También se consuela y acompaña a sus familiares a través de la escucha activa, asertividad y la oración. Para mí el Módulo 3 (UTE) me ha hecho crecer como persona y aprender mucho de esta bonita experiencia en todas sus vertientes tanto la personal como la profesional. La labor religiosa nos lleva también a la social no sólo con ellos sino siendo también puentes para con sus familias», afirma. Jesús Bellido es biólogo, casado y con dos hijas a quienes “legarle un mundo mejor”. Forma parte de la plataforma ecosocial Laudato Si’ de Málaga y es Coordinador del Comité español de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. «Mis pasos me han encaminado a proteger la naturaleza, como profesional y cristiano. Trabajando por comunicar la gravedad del estado de nuestro planeta y vincular las causas a la ambición y el egoísmo de una parte de la humanidad, me encontré en la órbita de Laudato Si, y aquí sigo. Cuidar de la Casa Común implica cuidar la Creación, desde los ecosistemas a las especies, sin perder de vista a nuestros hermanos más necesitados, los pobres. Sólo garantizando un uso desde el amor, comedido y respetuoso, de la naturaleza, alcanzaremos la justicia universal que supone el Reino», nos cuenta. Rosalina Santos es voluntaria de Manos Unidas Málaga desde 2014, donde actualmente es secretaria. «Tenía muchas ganas de hacer algo que sirviese a los demás y conocía Manos Unidas desde el colegio. Probé y hasta hoy. Ahora he podido visitar proyectos en India y vengo conmovida de ver el rostro de esas personas por las que trabajamos cada día. Es donde de verdad ves la cara de lo que pasa. En mi vida me podía imaginar esa situación de pobreza tan intensa, tanta injusticia, tanta miseria. No existen, son invisibles. Allí he visto el fruto del trabajo de Manos Unidas, y que sí que podemos hacer algo para ayudarles». Joaquina Donoso tiene 78 años, es viuda y madre de dos hijos. Colabora en Pastoral de la Salud de su parroquia, Nuestra Señora de los Ángeles, de Málaga, a lo que se enganchó tras ser acompañada personalmente en momentos de enfermedad. «Mi compromiso es, a través de mi Bautismo, mi fe en un Dios que es infinitamente misericordioso, en el cual me siento querida y acompañada y capaz de seguir la vida de Jesucristo muerto y Resucitado que vive en medio de nosotros. Me siento llamada por el Señor a colaborar en el mundo del sufrimiento. Soy consciente de que pertenezco a mi comunidad parroquial y enviada por ella al servicio de acoger, acompañar y escuchar a las personas que lo necesitan. Estas personas no pueden valerse por sí mismas y no pueden salir de casa. Intentamos acompañar tanto física como espiritualmente. También contamos con el grupo Parroquial de Cáritas. Todo lo realizamos con disponibilidad y alegría, sabiendo que recibimos más que damos. A pesar de mis limitaciones, encuentro sentido a mi vida siendo útil en el servicio a los demás, a través de la Pastoral de la Salud. Le doy gracias al Señor por todas las personas que ha puesto en mi camino, que me han acompañado en el proceso de crecimiento en la fe durante mi vida». En el equipo de acogida de Cáritas parroquial de la localidad de Ardales, Carmen María Pérez lleva años trabajando al servicio de los pobres. «El tiempo empleado en este servicio es y ha sido muy enriquecedor, un aprendizaje constante donde he fortalecido mis valores y el amor a los demás. Mi gratitud por este servicio es para ellos, para los más desfavorecidos. Me enseñan el camino en las adversidades, a no perder la sonrisa después de una mala tarde. Allí el tiempo se para y no cuenta, y todo acompañado del mejor guía, Jesús». La Madre Celina Tortosa es Filipense Hija de María Dolorosa y acude al Comedor Santo Domingo. «Aunque mi labor es muy simple: hacer tortillas, con el tiempo he ido experimentando todo el bien que me aporta. Cuando llego, encuentro a los usuarios y veo en sus rostros el dolor, la soledad... Llevo a cada uno a mi labor, y les doy mi cercanía. Ellos me saludan cariñosamente con un “¡buenos días, hermana!”. El Señor se manifiesta por medio de ellos. Yo salgo ganando».