NoticiaAyuda a la Iglesia Necesitada Ana Aldea: «La persecución se combate con oración» Ana María Aldea Publicado: 18/12/2020: 12295 Ana María Aldea ha recibido el nombramiento de delegada en Málaga de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Esta seglar, madre de familia y comprometida con la Iglesia diocesana, responde a las preguntas de diocesismalaga.es. ¿Desde cuándo está vinculada a ACN? ¿Cómo fue su primer contacto con esta fundación pontificia de ayuda a los cristianos perseguidos? Desde septiembre de 2018. Realizaba tareas pastorales y de catequesis en la parroquia de San Felipe, y su párroco, Alejandro Pérez Verdugo, me propuso hacerme cargo de la tarea de difundir esta realidad, claramente pastoral y evangelizadora. Para ello comenzamos a buscar a los voluntarios que conforman el equipo, que está compuesto por el Asistente Eclesiástico (Alejandro Pérez Verdugo), siete voluntarios y yo. No es un grupo cerrado, sino que estamos abiertos a todo aquel que quiera donar su tiempo y su voz en favor de aquellos que no la tienen. Pueden ponerse en contacto con nosotros en el correo malaga@ayudaalaiglesianecesitada.org o en nuestra sede en la parroquia de San Felipe Neri, en calle Cabello nº 20 de Málaga capital. ¿Qué significa que Málaga tenga delegación propia? ¿Cuál es su misión a nivel local? Significa que tenemos un grupo consolidado de personas comprometidas que trabajan por la Iglesia que más sufre y que es perseguida, que somos una realidad en la diócesis, que tenemos unas actividades periódicas como la Misa de difuntos por los miembros de ACN que fallecen cada año: vía crucis, rosario por los cristianos perseguidos, misas por la Iglesia perseguida, exposiciones, conferencias, campaña de Navidad, etc. En definitiva, la misión de la Delegación será acercar a nuestro entorno diocesano la realidad de la Iglesia que sufre en tantos lugares del mundo. ¿Cómo asume esta responsabilidad? Con profundo agradecimiento por la confianza depositada en mí, además de con responsabilidad e integridad. Y, por encima de todo, sabiendo que es Dios quien guía mis pasos y, por tanto, muy atenta a su voz. Yo diría que la asumo con mucha confianza en Él, sabiendo que somos instrumentos en sus manos siendo dóciles a su Espíritu que nos ilumina. ¿Qué sensibilidad tienen los malagueños hacia la realidad de los cristianos perseguidos? La experiencia de estos dos años nos hace pensar que es una sensibilidad que se va despertando y tomando forma. Este pasado verano hemos tenido la posibilidad de comprobarlo con la presencia en nuestra diócesis del Cáliz de Qaraqosh (profanado por el Daesh en Irak), que ha generado una gran expectación. Muchos de nuestros paisanos quedaban atónitos al ver con sus propios ojos que la persecución a los cristianos no es cosa del pasado sino que, desgraciadamente, hoy día hay miles de mártires de nuestra fe en todo el mundo. He visto lágrimas, rostros de impotencia, pero también rostros de esperanza, puesto que estas circunstancias de dolor y tragedia llevan a muchos de nosotros a rezar intensamente por ellos, para que el Señor les siga sosteniendo en medio de tan profunda tribulación. Por ello, poco a poco -pero de forma perseverante- hemos de intentar que en Málaga y en todo el mundo, sea algo natural rezar por los cristianos perseguidos y ayudar a las necesidades de la propia Iglesia en aquellos lugares donde sufre necesidad o persecución. ¿Hay persecución también en nuestra sociedad, aunque sea más sutil? Efectivamente así es, no de forma clara y directa, pero sí a través del desprecio, la indiferencia, la burla, la distorsión que provocan algunos medios de comunicación, la discriminación, la promulgación de leyes injustas e inmorales… Yo aquí, cuando me encuentro con alguna de estas situaciones, pienso en tantos mártires que mueren en Nigeria, Mozambique, India, Burkina Faso, Iraq, Siria y un largo etc. Su fe sostiene la nuestra. Por ello invito a todos a los que nos duele que ataquen a la Iglesia, que no tengan miedo, que el Señor no nos abandona y estará con nosotros hasta el fin de los tiempos. Si Él perdonó a sus asesinos, nosotros también debemos perdonar. ¿Cómo podemos luchar contra todo tipo de persecución a causa de la religión? Hay un vídeo del papa Francisco muy impactante en el que nos pregunta ¿cuántos de vosotros rezáis por los cristianos perseguidos? Ahí tenemos la respuesta: nuestra fe es amor y perdón. Por tanto, pienso que esto se combate a través de la oración. Desde ACN promovemos campañas de oración por aquellos países donde los cristianos sufren persecución por profesar su fe en Jesucristo, pero no nos olvidamos de los refugiados, de las víctimas de la violencia, de la pobreza o de las catástrofes naturales. Y también, y esto es muy importante, rezamos por la conversión de aquellos que son perseguidores. Hemos visto testimonios de perdón que han transformado vidas que estaban llenas de odio y de rencor en vidas verdaderamente resucitadas, pues para Dios, nada hay imposible.