NoticiaSantos Los compañeros de martirio del beato Duarte descansan en el templo parroquial Publicado: 18/11/2021: 9876 Yunquera El 15 de noviembre se conmemoró en la parroquia de Yunquera el 85 aniversario del martirio del beato Juan Duarte y de sus compañeros José Merino, Miguel Díaz y Miguel Doña, cuyos restos fueron trasladados días antes al templo parroquial, donde ya se encontraban los del beato Duarte. «El 15 de noviembre, la parroquia de Yunquera volvió a congregarnos a un grupo numeroso de sacerdotes junto a su párroco, Óscar Acosta, y numerosos fieles del pueblo y de otras localidades como Álora», explica Antonio Eloy Madueño, delegado para la Causa de los Santos de la Diócesis de Málaga. Este año, el aniversario ha tenido una novedad muy entrañable: «la semana anterior hicimos el traslado de los restos de los que fueron compañeros de martirio del beato Duarte: José Merino Toledo, seminarista de un curso superior a Duarte; Miguel Díaz Jiménez, más joven aún, con 18 años, también natural de Yunquera; y un laico familiar de José Merino Toledo, su cuñado, Miguel Doña Macías, al templo parroquial», explica Antonio Eloy. Fue un momento entrañable para la Delegación para las Causas de los Santos, «un momento decisivo también en nuestro trabajo, porque se daba cumplimiento a uno de los grandes deseos de mi antecesor D. Pedro Sánchez Trujillo, que era poder trasladar los restos de todos estos mártires desde el cementerio de Yunquera a la iglesia parroquial, para que descansen, junto a Juan Duarte, en el templo en el que oraron, compartieron la fe, celebraron conjuntamente, se animaron a seguir a Cristo, a decirle que sí y a dar testimonio en aquel momento que les tocó vivir», en palabras de su responsable. Estos jóvenes «se reunían, compartían y vivían su experiencia de fe y de vida, cuando se encontraban de vacaciones en el pueblo. Eran tiempos difíciles, pero ellos se seguían reuniendo a escondidas para compartir la fe, a pesar del temor a ser detenidos», añade Antonio Eloy. Y es que, el testimonio del beato Duarte también nos lleva por el camino de la sinodalidad: «este año, en que el papa Francisco invita a toda la Iglesia a descubrir que Dios no nos salva aislada, sino comunitariamente, como pueblo de Dios; que estamos llamados a seguir a Cristo no de manera individual, sino en comunión con los hermanos, caminando juntos, en las comunidades parroquiales, en este año descubrimos que también en aquel momento Juan Duarte, José Merino, Miguel Díaz y Miguel Doña se reunían y compartían, se animaban unos a otros para permanecer fieles al Señor y dar testimonio en aquel momento concreto. Duarte decía que no sabía si podría resistir, viendo la tensión del momento en el que se encontraba y, sin embargo, afrontó el final de su vida empujado también por el testimonio de sus compañeros. Los detuvieron juntos, los trasladaron a las afueras del pueblo, donde sufrieron un cruel martirio, pero a Duarte lo separaron del grupo y lo llevaron a Álora, donde continuó su calvario durante ocho días más», explica Antonio Eloy. «Y el testimonio de sus compañeros seminaristas y de aquel laico, hombre de Dios, esposo y padre, trabajador y hombre de campo le animó para seguir con fidelidad a Cristo y vivir esa pasión durante aquellos ocho días, hasta el 15 de noviembre», prosigue el responsable de Causa de los Santos, «pues necesitamos caminar juntos, seguir a Cristo unidos, celebrar la fe comunitariamente, recibir al Espíritu en comunión con los hermanos y así llenarnos de la alegría y la fortaleza necesarias para dar testimonio de Cristo también en estos momentos».