NoticiaCoronavirus «Estamos invitados a rezar por los afectados por esta pandemia» Publicado: 15/07/2020: 12900 Jornada por los afectados por la pandemia El pasado 26 de junio, todas las parroquias de Málaga y Melilla ofrecían una Eucaristía funeral por el eterno descanso de los difuntos víctimas del Covid-19, en la que también se pedía que el Señor conceda a sus familiares consuelo y esperanza en su dolor. Este domingo 26 de julio, la diócesis se une a la Jornada por los afectados de la pandemia, convocada por la Conferencia Episcopal Española. «Animamos desde esta Casa a todos los cristianos a rezar por las víctimas del coronavirus y por todas las intenciones buenas que han surgido en este tiempo, para que se hagan realidad y para que, entre todos, hagamos una sociedad más justa y un mundo mejor» «En esta ocasión, es la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal la que ha invitado a las diócesis de España a celebrar una jornada por todas las personas afectadas por la pandemia, para el 25 o el 26 de julio. En nuestra diócesis, concretamente, la celebraremos el domingo 26 de julio, fiesta de san Joaquín y santa Ana, patronos de los ancianos, que sin duda son el grupo social más afectado por la pandemia», explica Antonio Coronado, Vicario General de la diócesis de Málaga. Durante esta jornada, se ofrecerá la celebración de la Eucaristía en todos los templos y capillas de la diócesis, «por el eterno descanso de los difuntos fallecidos a causa del COVID-19 y por sus familiares, para que el Señor les conceda consuelo en su dolor y esperanza. Así mismo, daremos gracias por el trabajo y el sacrificio realizado por tantas personas durante este tiempo, y rezaremos de una manera especial por todos los mayores y las residencias de ancianos. Además, en esta jornada, pediremos también a Dios que nos conceda luz y entrega fraterna para que, en un verdadero espíritu de comunión, podamos superar la crisis social y económica que ha provocado esta pandemia y el consiguiente confinamiento. Por tanto, estamos todos invitados, en esta jornada, a intensificar nuestra oración, pidiéndole al Señor por el fin de la pandemia en nuestro mundo y por todos aquellos hermanos nuestros afectados por ella», añade en su invitación el Vicario General. Abuelos Muy significativo que se haya elegido el día de los patronos de los abuelos, san Joaquín y santa Ana, para celebrar una jornada en la que rezamos, de forma especial por los mayores de nuestra familia, los más afectados en esta pandemia. José Molina (90 años) y Encarnita Rando (82 años) son dos abuelos de los que podríamos denominar “imparables”. Su generosidad les lleva a implicarse en cuantas tareas pastorales y necesidades ven, tanto en su parroquia en Rincón de la Victoria, como en la Delegación de Medios de Comunicación, en la que son parte del equipo voluntario que empaqueta cada semana la revista DiócesisMálaga. La pandemia y el confinamiento ha sido un tiempo duro, pero ellos lo han vivido con fe y esperanza. «La pandemia la he vivido y la vivo con gran preocupación por mí pero, sobre todo, por mi familia. El tiempo del confinamiento lo he dedicado a mi gran afición: la pintura al óleo. Mi estado de ánimo está un poco tocado, pero procuro, con la ayuda de Dios, superarlo día a día», explica José Molina. Encarnita, por su parte, afirma que «en este día de los abuelos, vamos a unirnos a la jornada de oración que nos propone la Iglesia española. Nos acordaremos de tantas víctimas del coronavirus como ha habido y rezaremos por esos abuelos que han muerto solos, sin el consuelo de sus familias. El confinamiento lo hemos pasado y lo seguimos pasando, viviendo el día a día, con preocupación, pero no con miedo. Ha sido un tiempo de sentimientos encontrados: por un lado la preocupación que no cesa, y por otro, sabiendo que somos afortunados porque tenemos una terraza desde la que vemos el mar, gracias a Dios, y han sido muy especiales esas horas que hemos pasado contemplándolo, “escuchando” el silencio que se apoderaba de las calles… Y ahora, pues seguimos con la preocupación de los rebrotes que está habiendo por no respetar la precaución que tenemos que tener». En una residencia Tomás Suárez es el director de la Residencia Virgen de Flores, en Álora, una obra de la Iglesia de Málaga en la que residen actualmente 40 personas mayores. En esta casa han vivido la pandemia en primera persona. Así explica su director cómo se van a unir a la jornada de oración propuesta para el 26 de julio: «Nos vamos a unir en la celebración de la Palabra que tenemos ese mismo día. Vamos a pedir especialmente por las víctimas del coronavirus y, muy especialmente, por las víctimas que hemos tenido aquí, en nuestra residencia. Será una forma también de no olvidar y tener presentes, en primer lugar, a las personas, que son lo fundamental y, en segundo lugar, la experiencia vivida». Tomás hace un análisis de todo lo vivido durante la pandemia y llega a varias conclusiones: «Cuando uno reflexiona en estos días tan duros que hemos vivido, lo primero que siente es que somos muy vulnerables, muy frágiles, y que la vida es un hilo muy fino. En segundo lugar, te das cuenta de la cantidad de cuidados que necesitan las personas mayores y con patologías, como las que viven en nuestra residencia y tenemos que estar especialmente más atentos a ellos. En tercer lugar, esta experiencia nos ha fortalecido, aunque estemos emocionalmente “tocados”, en ser conscientes de que la lucha, desde la unidad y el trabajo, se puede hacer realidad en el cuidado de los mayores, centrándonos siempre en su realidad. Y, por último, nos ha fortalecido la fe, porque nos da esperanza a pesar de la debilidad. Yo creo que eso es lo más importante. De corazón deseo todos vivamos una jornada unida al Señor y que Él nos dé fuerzas para continuar, porque esto no ha acabado todavía». Casa del Sagrado Corazón La Casa del Sagrado Corazón, el Cottolengo de Málaga, también se unirá a esta jornada de oración. Su director, Patricio Fuentes, explica que, «entre otras cosas, porque lo hemos vivido en la casa de una forma muy cercana: acompañando a personas acogidas que han vivido y que, por desgracia, han fallecido por culpa de esta enfermedad, y también a los trabajadores y hermanas que han resultado contagiados, aunque se han recuperado. Han sido muchos los voluntarios que han estado pendientes de nosotros y muchas las personas que, con tanta solidaridad y cercanía, nos han acompañado y han rezado por nosotros. Todos ellos merecen nuestro agradecimiento, y por todos ellos también daremos gracias a Dios». Una jornada que mira hacia lo vivido y reza por quienes más han sufrido, pero que también nos invita a mirar hacia delante, pues «también le pediremos al Señor que esto no quede en saco roto, que no sea en balde el fallecimiento y el sufrimiento de tantas familias y personas, sino que realmente nuestra sociedad se tome en serio el cuidado de las personas enfermas de larga duración, de las personas con dependencia, de las personas mayores, de las personas más vulnerables, quienes más lo necesitan porque, en este tiempo se ha demostrado que, si entre todos intentamos ayudar, se consiguen muchas cosas», afirma con rotundidad Patricio. Y es que, estos meses han sido «un ejercicio de solidaridad grandísimo y es hora también de que nuestros responsables políticos, nuestras autoridades y administraciones, tomen como prioridad este tipo de cuidados y necesidades. Por todo ello, animamos desde esta Casa a todos los cristianos a rezar por las víctimas del coronavirus y por todas las intenciones buenas que han surgido en este tiempo, para que se hagan realidad y para que, entre todos, hagamos una sociedad más justa y un mundo mejor», concluye Patricio.