¡Cómo una chica joven, con trabajo, estudios y una vida en redes muy activa se embarca en los estudios de Teología!

Pues me embarqué en esta aventura de estudiar Teología porque tuve una llamada el señor. Un día, en la oración, le pregunté qué quería de mi vida, puse mi vida en sus manos y Él ya fue haciendo y me fue conduciendo por estos caminos. Es verdad que es difícil estudiar y trabajar a la vez pero yo intento tomármelo como un servicio a la Iglesia y a los hermanos. Al final, yo me formo para poder ser instrumento de Dios en el mundo y facilitar ese encuentro entre las personas y Dios.

De todas las materias en las que has profundizado, ¿cuáles te han llegado más, te han resultado más cercanas?

Sin lugar a dudas, las asignaturas que más he disfrutado han sido las introducciones al Antiguo y al Nuevo Testamento. Yo creo que es una suerte poder acercarte más al contexto histórico y al cultural, al cómo se formaron los libros. Después de estas asignaturas, no no lees la Biblia de la misma forma. Te enriquece muchísimo como cristiano.

Entonces, desde tu experiencia, ¿animarías a los oyentes y lectores a que se matriculen?

Recomiendo a todo el mundo que se embarque en esta maravillosa aventura que, como todo, tiene sus días malos, pero yo creo que merece mucho la pena. La Teología te permite conocer más para amar más y yo creo que todos los cristianos estamos llamados a eso, a conocer mejor a Dios para poder amarle más, así que os animo a que os matriculéis y nos vemos por el Centro. Por cierto, aquí os dejo el enlace con toda la información.