Rocío, ¿cómo recibió tu madre la Medalla y qué significó para vosotros?

Nosotros, en la parroquia la recibimos con muchísima alegría y mi madre, sabemos que se ha alegrado aunque, por sus circunstancias, no pueda expresarlo como antes. El párroco, Francisco Sánchez, se puso en contacto conmigo y, desde ahí, lo fuimos organizando. Al principio, pensábamos que podría ir a la parroquia, pero le agobian muchísimo las aglomeraciones, la parte social la tiene bastante afectada, así que no pudo ir. Fuimos en su nombre y después le hicimos entrega de todo en casa, con tranquilidad. Se alegró muchísimo y no deja de hojear un libro que le regaló el párroco en el que ha recogido muchos momentos de la parroquia. Una de sus nietas le escribió también unas palabras y se emocióno al escucharlas. 

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Ha sido responsable de Cáritas de la parroquia, ¿no es así?

Así es, durante 14 años. En el año 98 nos mudamos a este barrio y se insertó rápido en la parroquia. Ha sido directora de Cáritas durante 14 años y la parroquia ha sido su casa. Ha estado siempre totalmente entregada a ella y muy contenta. La Iglesia ha significado mucho, ha formado parte de su vida y se ha implicado en todo y yo, como hija, me sigo emocionando al recordar todo lo bueno que ha hecho mi madre. Su entrega ha sido máxima y eso nos lo ha transmitido siempre a nosotros que hemos colaborado cuando ha hecho falta. Siempre estaba por los demás. Ha sido un ejemplo e intentamos seguir actuando ahora como ella lo hubiera hecho. 

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