NoticiaAdviento Voz de los profetas: anhelo y conversión "Profeta Isaías", de Antonio Balestra Publicado: 05/12/2017: 9523 CARTA ABIERTA. Antonio Aguilera, profesor de Sagrada Escritura y deán de la Catedral, con motivo del Adviento. Adviento, lo sabemos muy bien, significa “venida”. Con este fondo vivimos todas las celebraciones de las cuatro semanas previas a la Navidad. Y venida doble, nos indica la liturgia de estos días, porque: • Hacemos memoria de la primera y humilde venida del Salvador en Belén, en carne como la nuestra. • Y esperamos, suplicantes, la última y gloriosa venida de Cristo, Señor del universo, al final de los tiempos. Entre la primera venida -que ya fue- y la venida al fin de la historia -que esperamos- transita nuestra andadura de mujeres y hombres en búsqueda de fidelidad a Dios. Y para esa fidelidad tratamos de vivir en una actitud de conversión constante. Por tanto, Adviento es tiempo de gozo y alegría, de esperanza y de conversión. A esto nos ayudan enormemente los profetas. El profeta era hombre de Dios que, por una parte, mirando al presente, buscaba la conversión de su pueblo al Señor; y, por otra, mirando al futuro, anhelaba y anunciaba la venida del Mesías esperado. En estas semanas, en las primeras lecturas, nos llega la llamada del cielo especialmente a través de Isaías, el gran profeta de la esperanza. Ya en el domingo 1º, dirigiéndose a Dios, dirá: «¡Ojalá rasgases los cielos y descendieses!». Es el anhelo de la humanidad entera. Y para esa venida del Señor nos invita a todos: «Preparadle un camino al Señor». Voz esta a la que se une Juan el Bautista, el último de los profetas, proclamando: «Detrás de mí viene el que puede más que yo y al que yo no merezco ni desatarle la correa de sus sandalias»… «Enderezad los senderos del Señor». Anhelo y esperanza, gozo y alegría, conversión sincera. ¡Vivamos la hondura del Adviento!