El 20 de agosto de 2016, falleció el sacerdote D. Alfonso Fernández-Casamayor Palacio. Nació el 9 de agosto de 1945 en Málaga, y recibió el orden sacerdotal el 9 de junio de 1974 en Sevilla.

En 1984 fue nombrado vicario parroquial de Jesús Obrero de Málaga y en 1986 se incardinó en la Diócesis de Málaga. Desde entonces, ha sido miembro del Consejo Episcopal, del Consejo Pastoral Diocesano, del que fue nombrado posteriormente “miembro nato”, y de la Permanente.

Desde 1989 hasta 2003 asumió la responsabilidad de Rector del Seminario Diocesano de Málaga. En 1993 comenzó a impartir Teología en el Seminario y en los Centros Teológicos de la diócesis, y a ejercer de censor eclesiástico. De 1994 a 1997 fue delegado diocesano de Apostolado Seglar y coordinador de la acción pastoral de las Delegaciones Diocesanas.

En 2003 marchó a Roma para profundizar en sus estudios y en 2004 fue nombrado Consiliario del Consejo Diocesano de Acción Católica, delegado de Pastoral de Formación y Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Málaga.

En 2005, asumió el cargo de Moderador de la Curia y Vicario General de la Diócesis, responsabilidad que dejó en 2013 a causa de su estado de salud. En su carta de despedida dirigida entonces a todos los diocesanos, D. Alfonso expresaba que «el objetivo principal del ejercicio de mi ministerio en este tiempo, como declaré al tomar posesión de esta responsabilidad, ha sido facilitar el encuentro y la colaboración del presbiterio y de toda la Diócesis con nuestro pastor. Primero con D. Antonio y en estos últimos cinco años con D. Jesús. En este mismo camino deseo seguir ahora como deán de la Catedral».

Fernández-Casamayor ha sido Canónigo Magistral de la Santa Iglesia Catedral de Málaga desde 2007 y Deán-Presidente del Cabildo Catedral desde 2009. Entre otras responsabilidades, en los últimos años fue responsable del Diaconado Permanente, miembro del Consejo del Presbiterio y del Colegio de Consultores.

En abril de 2014, recibió el título de Capellán de Su Santidad, título honorífico, concedido por la Santa Sede con el que se reconoce la tarea y dedicación de algunos presbíteros a la Iglesia.