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El problema del paro

Publicado: 21/12/2012: 1709

El problema del paro no es coyuntural, es estructural. No responde a una mala situación económica, sino al propio funcionamiento del sistema económico que existe en el mundo.

Hemos vivido una ilusión durante los primeros años del presente siglo, fruto de la construcción sin control, con un nivel de especulación nunca visto, que permitió trabajar a muchas más personas pero durante un tiempo ficticio, al tiempo que se han generado unas ganancias económicas desorbitadas para algunos y un endeudamiento “fácil” para otros. Este enriquecimiento descontrolado muestra ahora la cara de la pobreza que provoca el desempleo y que degrada la dignidad de las personas. Como consecuencia de la pérdida de empleo estamos viviendo el drama de los desahucios, que están dejando a miles de familias sin sus hogares, porque éstas no sólo pierden su vivienda sino que quedan hipotecados por enormes intereses y entran en la lista de morosos. “El estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual.” (Caritas in veritate, 25) 

Las personas necesitan el trabajo no sólo para pagar las cuentas, poner alimentos en la mesa y conservar sus hogares, sino también para expresar su dignidad humana y enriquecer y consolidar la comunidad (Cf. Gaudium et Spes, 34).

Un trabajo "decente" 

Es necesario impulsar un nuevo dinamismo laboral que nos comprometa a todos a favor de un trabajo “decente” que, como el papa Benedicto XVI señala en Caritas in veritate, 63:

- Sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer.

- Un trabajo libremente elegido. 

- Un trabajo que haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación y puedan organizarse libremente para hacer oír su voz.

- Un trabajo que permita satisfacer las necesidades de la familia y escolarizar a los hijos.

- Un trabajo que asegure una condición digna a quienes llegan a la jubilación.

Autor: Cáritas Diocesana de Málaga

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