NoticiaFamilia El amor es servicial Inés y Mario junto a sus cuatro hijos Publicado: 27/09/2021: 11926 El papa Francisco propuso el Año Familia Amoris Laetitia, que se inauguró el 19 de marzo de 2021 y se clausurará el 26 de junio de 2022. Este año se enmarca en el quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris laetitia y, desde la Delegación de Pastoral Familiar, os animamos a profundizar en ella con las pinceladas y testimonios que estamos publicando durante este tiempo. Toda la información del Año Amoris Laetitia y más testimonios en la web pastoralfamiliar.diocesismalaga.es El amor es servicial El amor servicial indica que el amor beneficia y promueve a los demás. Como decía San Ignacio de Loyola, “el amor se debe poner más en las obras que en las palabras”. Así, puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir” (AL 93-94) Testimonio Somos Inés y Mario, y tenemos cuatro hijos, de 8, 6, 3 y 1,5 años. La paciencia no se queda en ver al otro con ojos nuevos, o respirar y contar hasta “n” veces, sino que se concreta en el servicio, da un paso más. Por ejemplo, Agustín, que tiene un año y medio, llora en mitad de la noche, tiene tos, y a lo mejor se ha hecho caca, o ha vomitado, y es una carrera, y hay que cambiar el pañal (o toda la ropa) e intentar hacerlo sin que el otro se despierte. A veces uno, que es más desorganizado, no llega a tiempo para recoger a los niños y poner la comida, y llega el otro y, sin decir nada, se pone a terminar de cocinar. A veces, es hacer la compra pensando en lo que le pueda apetecer al otro. A veces (hace unas semanas) es desandar el camino después de dejar a los niños en el cole y antes de entrar al trabajo, para desayunar con mi suegra que está de visita. A veces, es que el otro se pasa los fines de semana inventando desayunos, tartas, empanadas... para llevar a la comida del domingo con los míos o preparar un desayuno especial. A veces, basta con pasar tiempo con Gabriel o Loreto, inventar un juego, leer juntos un cuento, hacer algo juntos cuando estás cansado y no apetece. Y ves que ese esfuerzo da frutos inesperados, como que a Gabriel empieza a interesarle escribir, que no le interesaba, o a Loreto, que con 6 años aún no habla, porque tiene problemas de audición, le oyes repetir una palabra nueva. Pero esta actitud no se queda sólo en nuestra casa, o con los nuestros, o mejor dicho, en la medida en que nos ponemos en esta actitud de servicio, los nuestros empiezan a ser muchos más. Hace unos años, cuando todavía estábamos solos, decidimos dar respuesta a una necesidad que había dentro de la Pastoral Familiar. Y era hacer un poco de todo, lo que hiciera falta, coger el teléfono, poner en contactos a las distintas parroquias para organizar los cursillos prematrimoniales, organizar conciertos o mesas de experiencias en la Semana de la Familia o participar en los cursillos de novios dando nuestro testimonio. Ahora que ya están nuestros niños con nosotros, hemos bajado un poquito el pistón, pero hace poco estábamos con otras parejas en el último cursillo en el que hemos colaborado. También somos conscientes de cuantas personas están a nuestra disposición y nos acompañan de forma incondicional, pero esa, en todo caso, sería una experiencia que tendrían que contar ellos.