Y que dista bastante del que inspira al ayuntamiento de Valencia donde se han lucido tres reinas magas con los nombres de libertad, igualdad y fraternidad. Por cierto, muy simpáticas.  No se lucían desde 1937.  Es tradición que instauró el gobierno de la Segunda República en 1936 y que desapareció al año siguiente. Estas particulares reinas son llamadas las magas de enero para despojar a la celebración de todo componente cristiano.   Bueno… no está mal la pluralidad.  Pero el deseo de arrinconar el sentido cristiano de la fiesta de Epifanía es además de impropio de una sociedad democrática un despropósito a juzgar del devenir de los siglos. 

Cuando Mateo escribe su evangelio, su composición podría fijarse entre el año 70 y el año 110, ya se tenía conocimiento, al menos por tradición oral, del relato de los sabios de oriente.  Estos sabios que buscan a un recién nacido para adorarlo dan cumplimiento a los oráculos de los profetas, según los cuales los pueblos paganos habrían de rendir homenaje al Mesías. El gesto de los Magos es bien distinto al representante oficial del pueblo: Herodes;  éste plantea la muerte del niño. Queda prefigurado aquí el rechazo y acogida de Cristo aquien los cristianos reconocen Dios y hombre verdadero. Dos actitudes que se repetirán a lo largo de la historia.    Tanto la libertad, la igualdad como la fraternidad son principios que el cristianismo desde sus comienzos abaló, justificó y defendió. Es bueno que, más allá de las legítimas diferencias, se transmita a las generaciones venideras. Ahora bien, para hacerlo no es necesario desplazar a nada ni nadie para que no se den escenarios tan imprevisibles e inestables como el que vivimos.  Situación que con un poco de suerte se saldará en corta legislatura, retocándose algo de la Constitución y en la que los distintos líderes políticos tendrán su oportuno protagonismo. 

Un protagonismo que en la noche del 5 de enero correspondió a los Reyes Magos.  Y a estos en su cabalgata.  Es un acierto que el ayuntamiento de Málaga revista la cabalgata de elementos infantiles y mágicos e incorpore referencias históricas y bíblicas.  Viene bien conocerlas para seguir saboreando y aprendiendo de tradiciones seculares que hunden sus raíces en más de veintiún siglos de historia.