Las graves necesidades que aquejan a tantas familias con motivo de la larga crisis económica que ha irrumpido en los últimos años en nuestra sociedad, provocando situaciones insostenibles para muchos ciudadanos, han ocasionado que las Cáritas parroquiales se muestren desbordadas por la falta de recursos suficientes para poder ayudar.

Un gesto para la esperanza

Con la realización de este gesto, en primer lugar, queremos mostrar nuestra gratitud y apoyo a todas las personas que sirven a los más desfavorecidos desde las Cáritas parroquiales y las demás instituciones socio-caritativas. En segundo lugar, esperamos que proporcione más medios a las Cáritas parroquiales, al tiempo que refuerce la comunión cristiana de bienes entre nosotros. Con la realización de la colecta el Jueves Santo, queremos insertarnos en la tradición más viva de la Iglesia, que siempre ha vinculado la Eucaristía al ejercicio de la caridad.

Mirar con los ojos de Cristo

La Sagrada Escritura nos recuerda que Dios escucha el clamor del oprimido. De la misma manera, la Iglesia debe escuchar la llamada de los pobres. Los cristianos daremos testimonio creíble del mensaje evangélico en la medida que nos acerquemos al necesitado y nos pongamos a su lado para luchar por su liberación. Debemos profesar y proclamar la misericordia, optando siempre por el más desfavorecido. Para ser auténtica Iglesia de Cristo, debemos hacer nuestros los sentimientos de Cristo con respecto a los que sufren y anunciar la buena noticia a los pobres como Él lo hizo. 

Ver a Cristo en el prójimo y al prójimo en Cristo

Jesús se identifica con los pobres: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40). Por eso, en el encuentro con los pobres, nos encontramos también con Jesús. 

Ante las necesidades que sufren tantas personas a nuestro alrededor, Jesús nos propone, en la parábola del Buen Samaritano, cuál debe ser la actitud del cristiano: en primer lugar, sentir que mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y al que yo pueda ayudar;  y, de forma inmediata, salir a su encuentro, acercarme a él y practicar con él la misericordia, siendo consciente de que en el amor al hermano estoy concretando y manifestando mi amor a Dios. 

Cambiar de estilo de vida

Somos conscientes de que la solución a la realidad económica y de paro en la que nos encontramos inmersos supera nuestras posibilidades. Pero estamos convencidos de que podemos hacer mucho más de lo que estamos haciendo. La crisis económica global que estamos viviendo es fruto y consecuencia directa de los contravalores que han guiado las conductas individuales y sociales, y de las decisiones injustas que se han tomado en el mundo. 

La última campaña de Cáritas, “Una sociedad con valores es una sociedad con futuro”, nos ha ido invitando a vivir una serie de valores, entre ellos la fraternidad (Campaña de Navidad), que hagan posibles unas relaciones más humanas y más justas. Es verdad que las pequeñas cosas no cambian las estructuras, pero pueden cambiar a los hombres, que son los que deben y pueden cambiar las estructuras.