Los medios de comunicación a tan sólo unos días de la catástrofe, perdían el interés por las consecuencias de las terribles inundaciones, a pesar de tratarse de uno de los peores desastres humanitarios sucedido en los últimos años.
 
Ante este tipo catástrofes naturales, nos gustaría que se generase en nuestra sociedad una profunda reflexión sobre las causas que las provocan, y hacer hincapié en que los daños más graves se producen siempre en países empobrecidos, en los que previamente carecen de unas condiciones de vida dignas y de instalaciones e infraestructuras adecuadas.
 
Los datos que nos aportó Intermon Oxfam unos días después del desastre, haciendo un balance entre las últimas catástrofes, ya eran bastante desalentadores, pues en comparación con el desastre de Haití, el volumen de ayudas de los países e  instituciones  internacionales que llegaron a Pakistán era diez veces menor. La mala imagen del país, unida a la escasa presencia de instituciones religiosas en la zona, y al silencio de los medios de comunicación en general, parecen encontrarse entre las principales causas capaces de  frenar la movilización solidaria que provocó el seísmo de Haití; pero ninguna de estas razones debe convertirse  en pretexto cuando se trata de mostrar nuestra solidaridad con el pueblo pakistaní.
 
Cáritas Española, actualmente, tiene en marcha un programa de ayuda inmediata  por un importe de 10,5 millones de euros diseñado para dar asistencia humanitaria a 530.000 personas durante 6 meses. En Cáritas Diocesana de Málaga se puso en marcha de inmediato una campaña de emergencia para impulsar  la solidaridad con los damnificados, pero la respuesta ha sido muy inferior a la generada por otras catástrofes.
 
La realidad es que, desgraciadamente, la catástrofe no ha acabado y el final está muy lejos, casi tan lejos como la ayuda necesaria para ayudar al pueblo pakistaní a salir de su situación; y nuestro compromiso y solidaridad con los que sufren, no puede quedarse en lo que los medios de comunicación y sus intereses nos dicten. Por esta razón, queremos recordar tantas catástrofes producidas por medios naturales, conflictos armados, enfermedades y epidemias… que se producen en todo el mundo y que con tanta facilidad caen en el olvido.

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