El evangelio de hoy es una invitación a conocer mejor a Jesús y nos lleva a una reflexión sobre nuestra respuesta a su llamada. Aparecen en este texto las primeras palabras que Jesús pronuncia en el evangelio de Juan y captan de inmediato nuestra atención: «¿Qué buscáis?»

La escena se presenta y nos conduce sobre una línea de tiempo, miradas y acciones perfectamente hiladas. Juan “vio” a Jesús que “pasaba” e invita a sus discípulos a seguirlo, con toda humildad se empequeñece: «Este es el Cordero de Dios»; pero son la actitud y las acciones de Jesús las que centran nuestra atención.

Jesús camina, se vuelve y se detiene, porque se da cuenta de que lo seguían, y toma la iniciativa «¿Qué buscáis?». El texto está lleno de miradas intercambiadas entre Juan y Jesús, de Jesús a los discípulos, de éstos a Jesús y finalmente de Jesús a Pedro. Jesús se nos revela como Dios hecho hombre en medio de nosotros y a la pregunta que recibe de los discípulos «¿Dónde vives?» nos da como respuesta la gran llamada al seguimiento: «Venid y lo veréis».

Y ellos realizan su camino interior: lo vieron, lo siguieron y, lo fundante, «se quedaron con Él».

¡Qué alegría saber cómo el Señor, respetando absolutamente nuestra libertad, nos hace participar de su propia vida!

Hoy, Jesús sigue pasando a nuestro lado como aquel día, y quiere mirarnos, entrar en nuestra vida para cambiarla y hacernos partícipes de la suya.