El confinamiento lo estoy viviendo, en este tiempo de Cuaresma y preparación de la Semana Santa, en la fe y la oración, recluido en mi casa con la familia. Nos hallamos ante un tiempo de penitencia, de ayuno y de limosna. Como Ecónomo, es una oportunidad para guardar el dinero que no estamos consumiendo ahora, porqué quizás lo tengamos que emplear más tarde. Es una ocasión única para vivir estos días de soledad como hizo Jesús en el desierto cuarenta días. Esta crisis sanitaria debe servirnos para estar más unidos a Jesucristo.

Debo también reconocer el sufrimiento de tantas personas que están perdiendo sus seres queridos, en los enfermos y nostálgicamente recordando a mis hermanos sacerdotes que viven en la residencia sacerdotal, donde convivo con ellos los fines de semana. Gracias a las nuevas tecnologías estoy en contacto con ellos.

TRABAJO

Gracias a los medios informáticos y al equipo humano que tengo en la Administración (Toñi, Eduardo, Inma, Javier) muy bien, estamos conectados telemáticamente y despachando día a día con cada uno de ellos. Debo recordar en estos momentos a nuestro compañero Óscar Barranco que está hosptializado ingresado y desde estas líneas le envío un fraternal saludo pidiendo a Dios su pronta recuperación.

FAMILIA

Un poco más cerca de ellos. Son veinte años que me desplazo de Puente Genil a Málaga los fines de semana para desempeñar mi misión de Diácono: “Servir“. Ahora los fines de semana estoy con ellos.

VIDA DE FE

Meditando día a día las palabras de Santa Teresa: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Solo Dios basta“.

SEMANA SANTA

Una semana llena de ejercicios espirituales como Iglesia doméstica, ayudada por 13 TV.