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Especial de la revista Diócesis: “Crisis económica y sufrimiento en el mundo obrero”

Publicado: 27/04/2010: 774

El 1 de mayo es la festividad de San José Obrero. Desde el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, en nuestra tarea de acercar la realidad del mundo del trabajo a nuestra experiencia de Iglesia, ofrecemos este análisis sobre el paro y la situación de los trabajadores y trabajadoras en Málaga, y nuestra reflexión en cuanto a cómo afecta la situación de crisis económica a los sectores más pobres del mundo obrero.

NUESTRA MIRADA DESDE LA FE

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”. (Concilio Vaticano II. Constitución pastoral Gaudium et Spes, 1).Las estadísticas indican la parte más fría de la realidad, pues no reflejan el drama que viven los parados, obviando situaciones como la angustia por no poder atender las necesidades más elementales (comida, ropa, calzado, agua, vivienda, luz, educación); el sentirse inútiles para la sociedad; el sentido de vergüenza ante amigos y compañeros, y tener que solicitar ayuda, cuando creían que eso nunca les podía pasar.

Ante esta situación de crisis económica y sufrimiento del mundo obrero, que está afectando de forma determinante a los trabajadores desempleados, a las personas con contratos precarios, a los jóvenes y familias del mundo obrero… Todos, a nivel personal, desde las instituciones sociales y políticas y desde la Iglesia, debemos sentirnos interpelados y comprometidos con la transformación de las causas que provocan dicho sufrimiento.
Es necesario cambiar el actual sistema económico. Conviene esforzarse “no sólo para que surjan segmentos éticos de la economía o de las finanzas, sino para que toda la economía y las finanzas sean éticas” (Benedicto XVI. Cáritas in Veritate, 45b). Pero, al mismo tiempo, hay que luchar por un cambio del sistema de valores, por un cambio cultural y de estilos de vida, que busque el bien común y ponga en el centro a las personas, especialmente a los más necesitados, a los pobres.

Para este cambio, se hace necesaria la solidaridad, entendida ésta como «la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos» (Sollicitudo Rei Socialis, 38 f). Siempre será imprescindible para la convivencia humana, pero en tiempos de crisis se vuelve especialmente urgente. En las XV Jornadas de Pastoral Obrera (Ávila, noviembre de 2009), Luis González-Carvajal presentó, entre otras, estas tres manifestaciones de solidaridad, cuya actualidad resulta evidente: 

-Crear puestos de trabajo
Recuerda Benedicto XVI que «el estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual» (Caritas in Veritate, 25 b). Por tanto, más importante que extender el seguro de desempleo es crear puestos de trabajo. «La dignidad de la persona y las exigencias de la justicia requieren (...) que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos, o lo mantengan» (idem 32 b).

-Repartir el trabajo escaso
Por muy responsables que seamos todos ante la exigencia de generar empleo que acabamos de exponer, será cada vez más necesario compartir el trabajo escaso y preparar a los individuos para vivir creativamente el tiempo libre, puesto que el incremento de la productividad disminuye las horas de trabajo necesarias y, por razones ecológicas, no deberíamos intentar compensarlo aumentando más y más la producción.

-Compartir la riqueza nacional con los desempleados
El cristianismo ha defendido siempre el destino universal de los bienes. El Estado debe garantizar la asistencia y las prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. Para mantener y ampliar estas coberturas, bastaría con que se evitasen los fraudes, tanto en las aportaciones como en las percepciones, y con que empresarios y trabajadores pagásemos escrupulosamente nuestras cotizaciones e impuestos. 

PARO

Como datos generales, a finales del 2009 teníamos, entre hombres y mujeres, 202.500 obreros en paro, 63.600 más que en el 2008. De ellos, 145.900 estaban entre los 25-54 años.  La población extranjera cuenta con 30.600 trabajadores en paro.

Dramas en todas las familias en paro y sin recursos. Cuando se habla de 400-600 euros, la pregunta es: En una sociedad como Málaga, ¿qué se puede hacer con esa cantidad? No hay duda, el trabajador quiere un empleo y hay personas que se recorren a diario numerosas empresas en Málaga y provincia, en busca de trabajo. 

El 40% de los parados se concentra en la capital: 

-18.000 parados en Gamarra, según la Oficina del SAE que engloba a la Palma-Palmilla, La Virreina, Bailén, Carlinda, La Trinidad y Miraflores. 

-12.500 parados en La Paz, según el Centro de Empleo que engloba La Luz, Dos Hermanas y San Andrés. 

-10.500 parados en La Unión, oficina que incluye, Cruz del Humilladero, Huelin y El Perchel. 

-8.500 en la Avenida Andalucía, zona centro. 

-12.000 en Capuchinos. 

-9.000 en El Palo, distrito Este. 

En algunas barriadas, el paro supera al 50% de la población activa. El sector Servicios y la Construcción son los dos sectores donde más se está viviendo el paro. Hay barriadas, como las dependientes de la oficina de Gamarra, con 18.000 inscritos, de los cuales 5.744 no tienen ningún tipo de estudios. Los anteriores datos están referidos a las Oficinas de empleo. Los no inscritos no se cuentan, pero aumentan la realidad del desempleo.

 Según las estadísticas, a nivel nacional el 13,7% de los hogares pasa estrecheces para llegar a fin de mes, aunque hay otros que no tienen ni para empezarlo, lo que supone una situación de vulnerabilidad y riesgo de pobreza importantes. 

REGULACIÓN DE EMPLEO

A finales de 2009 había en Málaga 3.983 obreros afectados por diferentes expedientes. El sector más afectado es la Hostelería, en el que podemos destacar empresas como los Hoteles Byblos, con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que incluye a 114 trabajadores, y Las Dunas, con un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) que afecta a 160 obreros. Tras el cierre de Los Monteros, numerosos trabajadores han estado sin cobrar su salario durante muchos meses. En el sector de “las Nuevas Tecnologías” se encuentra ISOFOTON, con un ERTE que afecta a 658 trabajadores. Muchas empresas, para desprenderse de los trabajadores con más antigüedad, los despiden con 20 días por año de indemnización, en lugar de los 33 ó 45 que por ley les corresponden, basándose en las “condiciones objetivas”. Estos datos demuestran la profundidad de la crisis en Málaga, que afecta a los distintos sectores económicos, tanto tradicionales como a los de tecnologías innovadoras.

PRECARIEDAD EN EL EMPLEO

La mayoría de los puestos de trabajo creados en los años de la recuperación de las economías industrializadas han sido de empleo precario, un porcentaje superior al 85% en empresas de menos de 25 trabajadores. En Málaga, la precariedad se ha centrado en la construcción y el turismo (la industria turística representa el 13% de PIB andaluz), al haber quedado eliminado prácticamente el tejido industrial.
Existe una relación directa “paro-precariedad” de las condiciones de trabajo con el incremento de la inestabilidad en el puesto de trabajo, rotación, amenaza de rescisión de contratos, largas jornadas de trabajo sin remunerar, impagos de las horas extra. Además, si se reclaman los derechos se pierde el puesto de trabajo, aumentan los accidentes laborales, hay desigualdad en los salarios… El trabajo temporal conlleva que los trabajadores no estén suficientemente cualificados para las tareas que desempeñan, provocándose, en muchos casos, accidentes laborales graves o mortales. En Málaga, en lo que va de año, han muerto ya tres obreros.

ECONOMÍA SUMERGIDA

En España está muy arraigada y extendida, y mucho más en tiempos de crisis. Se da, fundamentalmente, por los procesos de deslocalización y descentralización de la productividad, que lleva a una dinámica de subcontratación difícil de controlar.
En Málaga, se suele dar en los sectores de construcción, comercio al por menor, hostelería, servicio doméstico y agricultura. En este tipo de economía, los más afectados son los jóvenes, los que tienen menor nivel educativo, los parados de larga duración, las mujeres, los inmigrantes. Estas personas son laboralmente explotadas, con jornadas de trabajo altas y salarios bajos. Además, algunas empresas contratan a extranjeros, los despiden sin pagarles y niegan que hayan trabajado en ellas.
En muchos casos, a los jóvenes se les mantiene engañados: “Que no se preocupen, que en cuanto pueda, la empresa les hará fijos”. Estos trabajadores, que carecen de nómina, no tienen acceso a préstamos bancarios, por lo que se ven obligados a residir con la familia hasta más de los 30 años. En 2009, Málaga contaba con 11.500 parados, entre 16-19 años, y 11.500 entre 20-24. Los parados jóvenes con estudios superiores eran 32.800.
 

Autor: diocesismalaga.es

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