Tras el nombramiento de don Fernando Sebastián como cardenal, me ha llamado la atención la coletilla con que lo bautiza nuestro querido SUR: “Tenía fama de progresista y ha terminado por ser situado en el sector conservador”. Y “este cardenal situado en el ala conservadora de la Iglesia”. Y de pronto recordé que hace muchos años, nuestro diario, afirmó esto mismo de don Amalio Horrillo. Lo que me ha llevado a recordar:

«A las seis de la mañana, el ruido de la montesa me avisó. Salí a la puerta y monté tras él. Tomó por la carretera de Córdoba y a la altura del Puente Lucena se desvió por un camino de tierra y baches. Cuando detuvo la moto estábamos en el patio de un cortijo. 

Eran los primeros años de la década de los cincuenta, y en los grandes cortijos vivían aperadores, yunteros, gañanes, binadores, pensaores, manigeros y toda clase de trabajadores del campo. Bajamos de la moto y me vi ante una veintena de hombres que don Amalio fue saludando uno a uno. No había concluido la ronda y llegaron dos mujeres portando una mesa de cocina y un mantel. Los colocaron bajo la parra y don Amalio se revistió para la misa. (Tras las charlas cuaresmales, que había impartido por las noches, ahora les celebraría la misa, pues sólo se celebraban por la mañana). 

De misionero rural pasó a párroco en san Pedro (Antequera) y después en Ntra. Sra. de Las Angustias del Palo. Más tarde a Venezuela, donde trabajó en Maturín y Guanare. Volvió a Málaga, parroquia de san Juan, y de nuevo a Venezuela. Y estando en Ciudad Bolivar, cuando soñaban don José Sánchez Platero y él con la creación de una Misión Diocesana, don Ramón le pidió que volviese como párroco de Mijas, y eso hizo. Siempre obedeció».

Ignoro qué quiso decir aquel autor con lo de cura conservador, pero ya me gustaría a mí encontrar muchos curas y obispos como don Amalio y don Fernando.