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Médicos en la misión

Publicado: 02/10/2013: 3757

Dos cirujanos malagueños pasaron el verano en África y América y nos acercan su testimonio.

África, América Latina o Asia son el destino veraniego de muchos profesionales que, movidos por su fe, quieren dedicar el tiempo de descanso a ayudar a los que menos tienen. El Dr. Carlos Vara es cirujano y nos cuenta cómo empezó en su caso. «El proyecto empezó porque yo era amigo de un cura jesuita que estaba "medio loco" que se llama Carlos Huelin. Carlos Huelin me lió para ir a Colombia en los años 1992 y me compró un aparato de laparoscopia (nosotros fuimos los primeros laparoscopistas en España) para operar a colombianos que estaban en la frontera con Ecuador. Y después de ese proyecto, que fracasó por la guerrilla, contactamos con Bolivia. Allí hemos conseguido, en catorce años de existencia, un hospital con unos quirófanos que nos lo tiene ni el Clínico de Málaga y hemos operado a más de cuatro mil enfermos». 

El equipo del Dr. Vara está compuesto por diez o catorce médicos de distintas especialidades, aunque principalmente cirujanos anestesistas y Luisa García, esposa del Dr. Vara, que es la médico general y la encargada de la coordinación del equipo. Además del verano, también dedican dos o tres semanas del mes de febrero para ir allí.

UNA PRIORIDAD 

Carmelo Torres es también cirujano y en sus veranos África se ha vuelto una prioridad: «Siempre he estado en el mundo de la cooperación. Ya cuando estudiaba medicina empecé con Médicos Mundi, después junto a mi mujer estuve de voluntario con los Salesianos. El proyecto en el que actualmente estoy surge porque el cura de Santiago, en Monda, José Antonio Melgar, va a África con otros compañeros y los que están trabajando sobre el terreno se dan cuenta de que es necesario que vaya un cirujano. El doctor Juan Torres y yo, llevamos ya tres años yendo a un campo de refugiados y hemos establecido una colaboración con el hospital para atender patologías como el tiroides, los bocios grandes y las hernias grandes, especialmente infantiles, que se pueden demorar en el tiempo, y aprovechamos nuestras vacaciones para hacer una campaña intensiva». 

Lo suyo no es turismo cultural, sino una experiencia religiosa que les enriquece personal y profesionalmente. «Yo no sé si tengo fe o no -afirma Vara- pero lo que sí te aseguro es que la Divina Providencia funciona de cine, porque en todos estos años con todos estos enfermos operados y con unos medios de recuperación muy escasos no hemos tenido ninguna muerte. 

O sea que lo de la Divina Providencia no es un camelo de los curas, sino que eso funciona de verdad. La medicina actual ya no tiene mucho que ver con lo que pensábamos que tenía que ser. La medicina actual en España está totalmente politizada, está en manos de unos políticos repugnantes, que sólo miran para ellos y cambian las formas de trabajar cada quince días y sin embargo allí, en tierra de misión, puedes hacer la medicina que tú pensaste que había que hacer cuando empezaste la carrera, una medicina humanitaria, que ahora estos políticos de aquí dicen que es "paternalista" y que no puede ser así. Yo eso así no lo entiendo y creo que aquella medicina que haces allí es la medicina de verdad». 

«Al principio uno va allí como si fuera el salvador, el protagonista, pero a medida que vas trabajando y vas conociendo a la gente, su ilusión y sus ganas de vivir a pesar de la situación, te das cuenta de que ellos son los protagonistas. Esta experiencia te refresca ese espíritu que tienes cuando eres joven y estás en movimientos cristianos. A mí particularmente me hace sentirme como si empezara otra vez, como si fuera más joven» cuenta el doctor Carmelo Torres.
 

Autor: Ana María Medina

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