DiócesisHomilías Visita pastoral a la parroquia de Santa Catalina (Júzcar) Publicado: 31/01/2013: 5416 Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la visita pastoral a la parroquia de Santa Catalina (Júzcar) celebrada el 31 de enero de 2013. VISITA PASTORAL A LA PARROQUIA DE SANTA CATALINA (Júzcar, 31 enero 2013) Lecturas: Hb 10, 19-25; Sal 23; Mc 4, 21-25. 1.- Jesucristo: Sumo sacerdote y Camino de acceso al Padre. Estamos realizando la Visita Pastoral a la comunidad cristiana de Júzcar. Lo hacemos en el ámbito del Año de la Fe. Lo más importante que el Papa nos pide es que tengamos a Jesucristo como el centro de nuestra vida. La lectura de hoy de la carta a los Hebreos nos ha explicado que Jesucristo es el Sumo Sacerdote, el puente entre los hombres y Dios. No hay otra manera de acercarnos a Dios que Jesucristo. Jesucristo es el camino único entre Dios y los hombres. Y eso lo sabemos por revelación propia de Él. Dice la carta a los Hebreos que tenemos «plena seguridad para entrar en el santuario -es decir, donde vive Dios, donde está Dios- en virtud de la sangre de Jesús» (Hb 10, 19), porque Él ha pagado por nuestros pecados para reconciliarnos con Dios. Él es el camino nuevo y vivo, inaugurado para nosotros. Es decir, a través de su persona, que es hombre y Dios, se nos permite la relación directa con Dios Padre. Por tanto, esa es la religión que profesamos, esa es la fe que tenemos. Y en este Año de la Fe la Iglesia nos pide que profundicemos en ella. Hemos paseado por el pueblo, hemos visitado enfermos en sus casas o ancianos impedidos, hemos visto un grupito de niños en el Centro social a donde suelen pasar después de la clase. Y pensaba ¿cómo se transmite la fe a estos niños? ¿Cómo educarles en la religión cristiana para que tengan a Jesucristo como centro de su vida y que no sea sólo aprender unas cuantas cosas de la fe o celebrar algún sacramento como el bautismo o la primera comunión -a veces la última-? ¿Qué hace esta comunidad cristiana para seguir educando en la fe a las nuevas generaciones que vienen por detrás? Veo que sí que hay interés en los pueblos en general, y aquí también, en mantener las tradiciones. ¿A que os pasáis de boca en boca las tradiciones? Todo, la lengua, la forma de hablar, los refranes, la cultura, el estilo de vida, los platos típicos. Os lo pasáis de padres a hijos. La fe hay que pasarla de padres a hijos también. Ahora estamos en un momento difícil porque hay muchos reclamos desde fuera y a las generaciones nuevas, niños y jóvenes, les resulta difícil valorar lo religioso, tienen demasiadas cosas. Pero ¿qué esfuerzo hacemos para que vivan la fe que nosotros profesamos y que nos legaron nuestros mayores, nuestros padres, nuestros antepasados o los catequistas que tuvimos? 2.- Confesar la fe, la esperanza y la caridad Quiero animaros en el día de hoy a vivir la fe y a confesarla. Fijaos que la carta a los Hebreros nos ha dicho esta tarde: «Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa» (Hb 10, 23). Mantengamos la fe, celebrémosla, profesémosla, recémosla. La fe es también para celebrarla, es lo que estamos haciendo ahora mismo. Esta Eucaristía es una celebración de la fe. Hoy es un día especial porque preside la Eucaristía el Obispo de la Diócesis. El Señor me ha puesto como cabeza visible de la Diócesis de Málaga a la que pertenece Júzcar. Por tanto, la celebración de hoy tiene una especial dimensión, un sabor nuevo que normalmente no tiene. Las celebraciones de la Eucaristía son todas del mismo valor. Aquí no decimos de mayor o menor valor si la celebra un sacerdote u otro, no es eso. Sino que, al presidirla el Obispo, digamos que de forma visible la comunidad cristiana se hace presente de manera plena. Cuando se reúne el pueblo de Júzcar o el Ayuntamiento de Júzcar ¿es lo mismo que el pleno del Ayuntamiento lo presida el Alcalde o que lo presida cualquier otro concejal? Visiblemente, cuando está el Alcalde está la autoridad máxima. Pues ese es un poco el ejemplo con el que podemos entender mejor esto. La carta a los Hebreos además nos anima a estimularnos unos a otros para ser mejores, para vivir mejor el amor: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hb 10, 24). Siempre hay gente buena en todas las parroquias y en todos los pueblos; pues, que unos para otros podamos ser estímulos para ser mejores y vivir más la caridad. 3.- Visita pastoral a esta comunidad En esta Visita Pastoral os deseo que viváis la fe con gozo, con alegría. Vivir la fe, ser cristiano, proporciona alegría, porque da luz, hace ver las cosas de otra manera; los problemas, el sentido de la vida, la enfermedad, la vejez, la muerte, todo tiene otra luz si lo vemos desde Jesucristo que murió en la cruz por nosotros y resucitó. Os animo a vivir unidos, como hermanos, como miembros de la misma familia, de la misma parroquia, de la misma Iglesia; y a profundizar en la fe, a vivirla y a celebrarla. 4.- Mantener las lámparas encendidas, dando testimonio El Evangelio de san Marcos ha hecho referencia a las lámparas. Una lámpara ¿para qué se enciende? ¿Para meterla debajo de la cama o para que alumbre la casa? Pues nosotros somos como lámparas, estamos puestos por el Señor para alumbrar, para iluminar donde estemos. La luz del Evangelio debe iluminar la familia, los problemas de la familia; debe iluminar el trabajo; debe iluminar la sociedad; debe iluminar la economía, debe iluminar también la política. El cristiano debe trasformar el mundo a mejor desde la luz del Evangelio. Por tanto, estamos llamados a trasformar la sociedad, no podemos estar encerrados en las iglesias o en nuestras casas; aunque algunos deseen que los cristianos no se metan en nada. Tenemos la obligación de trasformar a mejor el lugar donde vivimos, el espacio vital, la familia, la comunidad, la sociedad. Eso es lo que nos pide el Señor: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero?» (Mc 4, 21). Queridos hijos de Júzcar, queridos cristianos de esta comunidad parroquial, os animo a vivir la fe con alegría alumbrando a los demás. Sed luces, no escondidas, sino puestas en su sitio, en el candelero. Hoy celebramos la fiesta de san Juan Bosco, el fundador de los Salesianos, un gran santo que nació en el norte de Italia, hace ya casi 200 años. En el año 2015 se celebrará su bicentenario. Este sacerdote vio la necesidad de los chavales de la calle y se dedicó a ellos. Pues, que nos ayude también a nosotros a descubrir las necesidades de nuestro pueblo, de nuestra comunidad y de nuestra sociedad para darle la mejor solución. Pedimos su intercesión. Y pedimos, por supuesto, la intercesión de la Virgen de Moclón, Patrona de Júzcar, que Ella nos ayude en nuestro caminar, en nuestro vivir cristiano. Que así sea. Más artículos de: Homilías Jornada de la Vida Consagrada en la Fiesta de la Presentación del Señor (Catedral-Málaga)Visita Pastoral a la parroquia de San Antonio de Padua (Alpandeire) Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir