NoticiaSeminario Un siglo de oración ante el Sagrario del Seminario Publicado: 31/05/2024: 3735 Especial DM El Sagrario de la Capilla del Buen Pastor del Seminario acaba de ser restaurado. El 9 de mayo, con motivo del encuentro del clero en su fiesta de san Juan de Ávila, volvió a ser colocado en el lugar en el que, hace un siglo lo soñó san Manuel González. En este reportaje especial recogemos los detalles del proceso de restauración y la explicación catequética que encierra este Sagrario. × En sus orígenes, «la única puerta principal de entrada al Seminario era la Capilla del Buen Pastor. Es decir, para ser sacerdote había que entrar por la iglesia del Buen Pastor, cuyo centro es el Sagrario. Justo en el arco por encima de la puerta, partiendo del Salmo 69 (68), podemos leer, grabado a modo de escudo, “La queja del sembrador: Sustinui qui consolaretur et non inveni (busqué quien me consolara y no lo encontré). Y el anhelo de su Seminario es: Sustinui qui consolaretur et ( .. ) inveni (busqué quien me consolara y lo encontré)”, tapando el non con una mano sacerdotal». Aquí pueden descargar el EspecialDM ---------- Un Seminario Eucarístico Sí, hay que hacer un Seminario, permitidme lo raro del giro en gracias a lo expresivo, en el que la Eucaristía, sea e influya lo más que pueda ser e influir. Esto es: Un Seminario substancialmente eucarístico. ¡Ese sí que va a ser el Seminario más gracioso! (…) Yo no quiero un Seminario en el que la Sagrada Eucaristía sea una de sus cosas, aunque la principal, sino que el Seminario aquel sea una cosa de la Eucaristía y, por consiguiente, en que todo de ella venga, a ella lleve y vaya desde la roca de sus cimientos hasta la cruz de sus tejados, en el que todo lo que viva, se mueva o pase, sea homenaje a Ella. San Manuel González, “Un sueño pastoral” ---------- Recuperados sus valores catequéticos, por Miguel A. Gamero Pérez, director de Patrimonio de la diócesis «Yo quería no una Capilla, uno de cuyos altares fuera el Sagrario, sino una Capilla que fuera esto sólo: Un Sagrario». Con estas palabras extraídas de su libro “Un sueño Pastoral”, san Manuel González deja claro que el centro de su Seminario es la Eucaristía, y que toda la disposición arquitectónica del edificio llevara a los seminaristas a una disposición espiritual que los fuese convirtiendo en sacerdotes hostias. Por falta de recursos no se pudo construir la Capilla como se diseñó en origen, aunque sigue viva la idea, en el proyecto ejecutado, de que la construcción fuera como un gran copón que contuviese un Sagrario con la misma arquitectura en plata. Es decir, un Sagrario en piedra (la Capilla) y en su interior el verdadero Sagrario. De aquí se desprende el interés y la gran responsabilidad en restaurar y rescatar los valores originarios de la obra que el tiempo, la pérdida de piezas y las limpiezas inapropiadas habían ocultado. Gracias al estudio y a la labor minuciosa del taller de José Cantos Ruiz todo esto ha dado como resultado una visión más correcta de la obra ideada por san Manuel González. Al recuperar el esplendor de esta obra, no sólo recuperamos sus valores materiales. Desde el inicio del proceso estaba entre nuestros objetivos la recuperación de los valores catequéticos que lo conforman. Pretendemos que estos vuelvan a resonar en el corazón de los seminaristas y del clero malagueño. Ha vuelto a su lugar el Sagrario y sobre éste volveremos a contemplar al joven Pastor y a leer la petición que contiene la gran cruz griega: “Pastor Bone, facnos bonos pastores, ponere promptos animas pro ovibus” (Pastor bueno, haznos buenos pastores, dispuestos a dar la vida por las ovejas). ---------- El Sagrario que soñó san Manuel González, por Juan Manuel Ortiz Palomo, rector del Seminario Diocesano Estamos ante el Sagrario que sueña san Manuel González para la Capilla del Buen Pastor, que había de ser la “piedra angular” del nuevo Seminario. Su deseo era que dicha capilla fuera un Sagrario para toda la ciudad de Málaga que la contemplaba. Ante este Sagrario, ahora restaurado y devuelto a su esplendor original, lo primero que debemos destacar es que, como ocurre con todo lo que tiene que ver con san Manuel González, nada está dejado a la casualidad, sino que responde a un cuidado diseño catequético, para acercarnos al Misterio del Señor presente en el sacramento de la Eucaristía. Por eso, la denominación de “eucarístico” no es un adjetivo más, sino el principal atributo que le otorga el Santo Obispo a su Seminario, pues es el mejor resumen de su ideal pastoral y de su tarea apostólica, la verdadera enseñanza para los seminaristas que allí se iban a formar: quería que el Sagrario fuera una escuela de Evangelio para quienes hemos tenido la suerte de estar rezando aquí ante el Señor. Para san Manuel, la Eucaristía celebrada, adorada y vivida es la razón de ser de la vocación cristiana y sacerdotal, del ministerio, del servicio a los hermanos, especialmente a los más abandonados. Y quiere dejar constancia de ello en las capillas de la portada del Sagrario, que ahora lucen con esplendor. En el relieve dedicado a la Sagrada Familia en el portal de Belén, José y María presentan a su Hijo a la adoración de todos. Eso lo recoge el texto de la inscripción latina felizmente recuperada ahora: «Cor Iesu, Eucharistiam per Matrem nobis donans, venite adoremus». En el segundo relieve nos aparece la imagen de la Virgen comulgando de manos de san Juan Evangelista, con la inscripción: «Madre Inmaculada, que en este Sagrario se trate a tu Jesús como Tú lo tratabas». Finalmente, bajo la placa del Señor rodeado de niños, se nos dice en la última inscripción: «Maestro Único, enseña a tus seminaristas la gran lección de que sólo haciéndose hostias como Tú serán sacerdotes cabales». En nuestra diócesis, la Adoración al Santísimo en el “Jueves Sacerdotal” es una hermosa realidad para muchas comunidades. Ojalá que este acontecimiento “eucarístico” de la restauración del Sagrario del Seminario impulse a nuestra Iglesia de Málaga a hacer suya la petición al Dueño de la mies, para que envíe muchos y cabales trabajadores al campo de su Iglesia. Amén. ---------- «El Sagrario que diseñara san Manuel González, enamora», José Cantos Ruiz, técnico superior en Orfebrería, Diseño y Restauración Haber restaurado el Sagrario del Seminario Diocesano de Málaga supone un honor difícil de definir, pues el propio Sagrario que diseñara san Manuel González enamora. Así quiero definir este trabajo que recibíamos de la mano del padre Juan Manuel Ortiz Palomo, rector del Seminario. La obra que realizara el orfebre José Navas Parejo es un Sagrario que no sólo supone una catequesis única, sino que se trata de una obra de arte de estilo mudéjar irrepetible por su calidad y buena ejecución. Ha supuesto un antes y un después en la forma de entender este tipo de piezas, que son habituales en nuestro taller junto a vasos sagrados, custodias, incensarios, coronas, potencias… En esta ocasión, el reto era una gran responsabilidad pues esta pieza tiene muchas horas acumuladas de rezos tanto de nuestros seminaristas como de nuestros sacerdotes, por lo que ha tocado nuestro corazón dejando huella y haciéndonos entender que lo verdaderamente importante es la Eucaristía y en su centro, el Señor. El Sagrario tiene un alma de madera revestida de placas de plata con cincelados, ajustes imposibles sacados de fuego, dorados impresionantes en sus vidrieras realizadas con esmaltes finos alternados con plata blanca en su color y plata sobredorada. Simula una iglesia con cuatro puertas, dos de ellas fingidas y dos reales, que hacen que cumpla la función de Sagrario y manifestador, flanqueadas por las cuatro imágenes de bulto de los cuatro evangelistas. En su interior encontramos una cuidada arquitectura neomudéjar que recrea un imponente templo de plata con un tabor en su centro. En la parte exterior de su cúpula aparece el escudo de san Manuel, realizado en esmalte, y un crucifijo de plata con el Cristo tallado en marfil. El Sagrario de la Capilla del Buen Pastor del Seminario es una auténtica maravilla que hemos tenido el honor de devolver a su estado primitivo: hace un siglo debió lucir como lo hace hoy. ---------- El Sagrario, el vértice del Seminario ¡Tengo un interés en que todo lo del Seminario responda al fin substancialmente eucarístico propuesto! Como el sagrario habría de ser el vértice de la construcción y el foco de toda la vida del Seminario, yo quería no una Capilla, uno de cuyos altares fuera el Sagrario, sino una Capilla que fuera esto solo: Un Sagrario. Para esto se le daría forma circular, octogonal o de cruz griega, para que su centro lo ocupara la gran mesa del altar del Sagrario. De este modo, la Capilla vendría a ser como un Copón gigantesco y el Seminario todo como el Tabernáculo que guarda ese Copón. Las ventanas de la linterna de la cúpula y de los muros estarían dispuestas a hacer converger toda la luz en el centro, sobre el Sagrario: el interior de la Capilla sería sobrio de adornos que distrajeran la atención de lo que en ella es lo primero y principal y hasta los cuatro altares laterales para las imágenes del Sagrado Corazón, la Inmaculada y San José y los Santos Patronos del Seminario Santo Tomás de Aquino y San Sebastián en otro, que fueran lo bastantemente sencillos para que no destacaran; el tono dominante de color blanco como la Hostia, los objetos de culto, pocos y ricos: nada de relumbrón ni de imitación, como corresponde al mejor servicio del Dios de la Majestad y de la Verdad. (…) Hasta en la disposición de los asientos en la Capilla de los Seminaristas quiero que se guarde este orden que venga a ser el gráfico de toda la acción del Seminario sobre sus alumnos. Toda esta acción debe contenerse en esto: en ir aproximando al joven a Jesús Sacramentado elevándolo, hasta colocarlo en el mismo plano de Él. El sacerdote llega a ser el hombre del Sagrario. Esa es toda su gloria y toda su razón. (…) La Capilla, o mejor, el Sagrario, es el vértice de todo el plano: hasta matemáticamente la bisectriz del ángulo en que se desarrolla toda la construcción arranca del centro del Sagrario. San Manuel González, “Un sueño pastoral” Cúpula del Sagrario del Seminario tras la restauración // J. CANTOS ×