En este punto de su vida conoció las Sagradas Escrituras, cuya lectura asidua lo llevó a la fe y a pedir el bautismo.Elegido obispo de Poitiers en torno al año 350, son célebres sus comentarios al Evangelio de San Mateo y a los salmos; aunque si por algo pasó a la historia fue por su férrea defensa de la fe frente a la herejía arriana, que negaba la divinidad de Cristo. Su postura le costó enfrentarse al poder político y sufrir el destierro, pero ninguna de las amenazas lo achantó.Este doctor de la Iglesia de origen francés tiene, no obstante, fuertes vínculos con nuestra diócesis. Concretamente con la localidad de Comares, de la que es patrón. De hecho es el único pueblo de España que cuenta con su patronazgo.

José Manuel Llamas, sacerdote diocesano que estudió la figura de este santo en su tesis doctoral, afirma que el origen de esta relación es un misterio: «Se sabe muy poco de su vida. Quizás llegara a tierras malagueñas alguna vida apócrifa medieval del santo, profusa en milagros, y, durante alguna de las epidemias que asolaron la zona, el pueblo pidió su intercesión».