NoticiaEntrevistas Teresa Jiménez: «La Teología engancha» Publicado: 04/10/2021: 12458 CSET Teresa Jiménez (Fuengirola, 1982) es la primera mujer que concluye los estudios de Bachiller en Teología en el Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo, en Málaga. En la actualidad, continúa la Licenciatura en la Facultad de Teología de San Isidoro, en Sevilla pues siente «la necesidad de seguir descubriendo y conociendo muchas más cosas que la Teología me puede aportar». «Cada una de las asignaturas que he cursado, a lo largo de estos años, ha dejado huella en mí» La primera mujer que concluye los estudios de Bachiller en Teología en el Centro Superior de Estudios Teológicos, ¿cómo fue que te embarcaste en estos estudios? Responder a esta pregunta, por este medio, me es muy difícil, ya que tiene unos antecedentes que son muy importantes y, además, largos de contar; pero, trataré de explicarlo lo mejor posible y sin alargarme. A finales del 2014 sentí la necesidad de hacer un parón en mi vida y reflexionar si debía continuar con lo que estaba haciendo o cambiar; dicho de otra manera, necesitaba saber qué hacer con mi vida. Me aconsejaron ejercicios espirituales y en mayo del 2015 los pude realizar. Cosa curiosa, el director espiritual (fallecido hace 1 mes y pico) lo primero que nos dijo fue que los ejercicios no son para solucionar nuestros problemas. Y pensé: “pues empezamos bien”; porque yo iba, en parte, por esa razón. Sin embargo, fue precisamente su manera de hablar, su conocimiento aplicado a la experiencia, lo que me hizo abrir los ojos y sentir que yo quería ser como él; esto es, saber, así como él, para entender mejor todo lo concerniente a la fe y al ser humano, y tratar de aplicarlo a mi vida. Básicamente fue así. ¿Ha cambiado tu percepción de la fe y la vida de la Iglesia tras este tiempo de estudio? Mucho; siempre me he considerado una persona afortunada, pues he tenido la suerte, entre otras cosas, de rodearme de personas muy bien preparadas teológicamente, de formarme con catequesis, etc. Y, aun así, era consciente de que me faltaba algo; no sabía conectar muchas verdades de fe, tenía lagunas en ciertos aspectos, ...; en definitiva, tenía un gran desorden en mi cerebro. La Teología ha sido, y es para mí, ese orden que necesitaba para solventar toda esa maraña mental. Me está ayudando a ver la lógica de la fe, su sentido: el sentido de mi propia existencia. Espero seguir estudiando y profundizando en la fe de Iglesia. ¿Recomendarías estos estudios a los laicos que te están leyendo? Sí, las cosas que nos hacen bien hay querecomendarlas; no obstante, aconsejaría, dentro de las posibilidades de cada persona, que se empiece por las asignaturas básicas; con esto no estoy diciendo que sean las más simples; precisamente son las que muchas veces rechazamos, ya que, con frecuencia, tienen mala fama; se suelen ver como difíciles, ...; pero, si para construir una casa hay que empezar por unos buenos cimientos y no por el tejado, algo similar sucede cuando estudias cualquier cosa; por tanto, también cuando empiezas Teología. Igualmente, tuve algunos reparos con ciertas asignaturas y, al final, no sólo me gustaron, sino que me facilitaron el estudio y la comprensión de otras; por tanto, agradezco haberlas estudiado. Aprovecho la ocasión para recordar que, el que lo desee, puede matricularse de una o varias asignaturas, tanto de “oyente como oficial”; esto es para facilitar una mejor formación. La asignatura que más huella ha dejado en ti... No podría destacar ninguna en concreto, pues todas tienen su valor e importancia. De alguna manera, cada una de las asignaturas que he cursado, a lo largo de estos años, ha dejado huella en mí. No voy a negar que algunas me han gustado más que otras. Pero, es que cada uno tiene sus preferencias y gustos. Sin embargo, es una gozada ir pasando por las distintas materias y ver en ellas el reflejo de las otras. La división de una carrera, en asignaturas, es para facilitar la comprensión de ésta (la carrera). Y para mí eso es lo más importante; de ahí que las vea como un todo, una unidad. A los dos días del examen de Síntesis comenzabas las clases para la Licenciatura, ¿qué te empuja a continuar? Seguir aprendiendo y profundizando; la verdad es que la Teología engancha. Entre lo mucho que me ha enseñado, destaco el hecho de haberme ayudado a descubrir al ser humano desde diversas perspectivas; me ha dado una visión muy completa y enriquecedora de la persona y lo que quiere Dios de ella, que son cosas positivas, a pesar de las dificultades o desgracias que se puedan encontrar en la vida. Todo este conocimiento intento aplicarlo en la vida, vivirlo; pero aún siento la necesidad de seguir descubriendo y conociendo muchas más cosas que la Teología me puede aportar. Has compartido pupitre con los futuros curas de la diócesis y con seglares de diversos movimientos y carismas, ¿qué destacarías de la convivencia entre los compañeros? Para empezar, yo no concibo el haberme sacado este título sin la imprescindible ayuda de mis compañeros; así que aprovecho este medio para dar las gracias a todos ellos: me han dejado apuntes y libros, me han escuchado y animado, han rezado por mí, ... y, sobre todo, han sido, con sus vidas, un ejemplo a seguir (también quiero dar las gracias a mi familia, en especial a mi padre que es el que más me ha ayudado, amigos y muchas personas que me han apoyado y han confiado en mí). Otra de las muchas cosas que me ha aportado la convivencia entre mis compañeros es la gran amistad que muchos de ellos me han brindado, y eso es un regalo precioso.