NoticiaSantos Málaga celebra la fiesta de su primer obispo, San Patricio San Patricio, primer obispo conocido de Málaga Publicado: 18/08/2018: 17072 El sábado 18 de agosto, la Iglesia de Málaga celebra la fiesta de uno de sus hijos más insignes, san Patricio, primer obispo de la diócesis del que tenemos constancia, que ejerció su episcopado entre los años 290 y 307. Sin embargo, todo parece apuntar a que los orígenes de la Iglesia de Málaga son bastante anteriores, incluso se llega a decir que los propios Santiago apóstol y san Pablo pudieron evangelizar en nuestra diócesis. Según Francisco Aranda, canónigo archivero de la S. I. Catedral y profesor emérito de Historia Antigua de la Universidad de Málaga, «las razones de esta venerable tradición las encontramos en que en el siglo I, la Bética era una de las principales provincias romanas y no se explica que los apóstoles no la visitaran, aunque no tengamos constancia escrita de ello». La primera fuente fidedigna en la que se basan los orígenes de la Iglesia en Málaga son las actas del Concilio de Elvira, celebrado cerca de Granada entre los años 295 y 303. El puesto número 11 de los que firman dichas actas corresponde a san Patricio, obispo de Málaga, quien acudió acompañado por cuatro presbíteros de Alhaurín el Grande, Teba , Ronda y Antequera. Para el canónigo, «esta fuerte presencia de miembros de la diócesis es otro de los puntos en los que se apoya la teoría de que la presencia de cristianos en Málaga es mucho más antigua. Hay que tener en cuenta que en el año 250 se produjo una terrible persecución de los cristianos por parte de Decio. Si poco después la Iglesia Malacitana acude a un concilio con una fuerte representación, es signo de que estaba muy consolidada y de que su vigor y pujanza eran muy fuertes desde hacía tiempo». Del resto de la vida de san Patricio conocemos poco, «sabemos que se mantuvo en la diócesis en tiempos de la persecución de Diocleciano –continúa el canónigo–. Fue huyendo, andando de un lado para otro, no por miedo, sino con la finalidad de que la Iglesia de Málaga no perdiera su cabeza visible. Lo último que sabemos de él es que murió en Overnia (Francia), adonde se había retirado, sin perder la titularidad del Obispado malagueño».